El burntout en el trabajo o estrés laboral también ha impactado a los profesionales sanitarios y, de hecho, probablemente sea uno de los sectores más afectados. Atendiendo a los datos del último informe bienal de 2024 de la Sociedad Española de Salud Pública y Administración Sanitaria (SESPAS), el burntout afecta a más del 25% del personal médico en España, unas cifras que reflejan que 1 de cada 4 médicos sufre desgaste profesional.
Según el informe, la pandemia y sus consecuencias en los años posteriores han evidenciado todavía más las carencias en cuanto a las condiciones de trabajo y empleo de los sanitarios. Fruto de este desgaste, se han disparado las bajas laborales y ha aumentado el riesgo psicosocial entre los médicos, repercutiendo negativamente a su vez en la asistencia sanitaria.
En relación a estos datos, la Asociación de Médicos y Titulados Superiores de Madrid (Amyts) ha expuesto en redes sociales cuáles son los síntomas más destacados del burnout. Y lo ha hecho a través de un vídeo publicado en X (Antiguo Twitter) en el que ha tomado la palabra la Dra. Sheila Justo, vicepresidenta de Amyts y médica de Urgencias:
‼️ La mitad de los médic@s sufre alguno de estos síntomas
— Médicos y TS-Madrid (@amytsmedicos) June 20, 2024
¿Te sientes identificado con alguno de ellos?
🩺Hay que acabar con el Burnout pic.twitter.com/r4IM1QrH74
Tal y como señala la doctora, el cansancio emocional, la despersonalización, la falta de realización y el estrés crónico son los síntomas más acusados del burntout. Síntomas que el 25% de los 16.000 encuestados por SEPAS ha afirmado sufrir, lo que demuestra que “hay una especial vulnerabilidad entre los médicos que impacta sobre los profesionales y la salud de atención”.
"Es urgente que se reconozca a los profesionales motivarlos y empoderarlos"
Para prevenir esta situación, la vicepresidenta de Amyts habla de generar estrategias, entre las cuales deben tenerse en cuenta las siguientes medidas o consideraciones para “reconocer a los profesionales, motivarlos y empoderarlos”:
- Mejorar los incentivos económicos y no económicos.
- Mejorar la conciliación.
- Mejorar las condiciones laborales, con jornadas laborales en las que se incluya la investigación y tiempo de formación.
- Acabar con la burocratización, que resta mucho tiempo a las consultas.
- Acabar con la temporalidad, algo que “genera mucho malestar”.