La doctora Electa Navarrete, reconocida profesional en el ámbito de la salud, la belleza y la Medicina Estética, se adentra en un nuevo desafío con la publicación de su libro 'Subir al Everest con tacones'. En esta obra, Navarrete no solo relata su experiencia profesional y personal, sino que propone un viaje de autoconocimiento para desafiar las expectativas y alcanzar la verdadera libertad interior. Con una mirada única que mezcla medicina y humanidad, la doctora nos invita a reflexionar sobre la importancia del autocuidado y el equilibrio emocional en un mundo de exigencias constantes. Desde Influcare hemos hablado con ella para saber un poco más sobre este nuevo proyecto.
En este tiempo en que parece que todos vamos ‘derrapando’ por la vida, sin tiempo a (casi) nada… ¿Cómo consigue una doctora tan reclamada sacar tiempo para escribir un libro?
Uno de los mensajes principales en el libro es denunciar que dedicamos mucho tiempo a vivir en base a las expectativas generadas por nosotros y nuestro entorno. Poner el centro en ti mismo en el día a día y cuidarte es una liberación y una necesidad. Escribirlo me sirvió para darme cuenta de que debía buscar situaciones en las que priorizarme y mimarme. Es un vínculo directo: cuidarte a ti mismo para poder cuidar de los demás.Aunasí, fueron cuatro meses muy intensos en los que yo misma me vacié.
¿Por qué surge este libro? ¿Qué te motivó a sentarte y empezar a expresarte?
Llevar a cabo un viaje vital para conocerme a mi misma. He acumulado ‘cuadernitos’ o notas sobre mí misma en las etapas más importantes de mi vida, así que, en parte, ‘solo’ he tenido que organizarlas. Aunque nunca había pensado en plasmarlas en un libro y permitir a los demás adentrarse en mi realidad más íntima. En algún momento, fui consciente de que en consulta con mis pacientes hablo de mi vida con sinceridad en un ejercicio de reciprocidad y de comunicación bidireccional. Mis emociones ya habían sido expuestas. Y un día, la editorial PenguinRandom House me propone plasmar desde un punto de vista médico y personal no cómo los pacientes tienen que actuar sino cómo mi propio ejemplo podía servirles de ayuda o inspiración.
‘Subir al Everest con tacones’, es un poco abrirte en canal y dejarte ver al completo, no solo por fuera, sino por dentro. ¿Ha sido fácil?
Esta respuesta habría sido diferente hace años. Antes de que decidiese liberarme de la carga de cumplir las expectativas de los demás y regalarme la libertad de ser yo misma sin miedo o temor a defraudar. Ser consciente de las propias debilidades es nuestra mayor fortaleza para enfrentarnos a los demás y a la vida. Nunca más me he sentido juzgada.
Uno de los primeros capítulos del libro lo dedicas a la formación. Con el auge de las Redes Sociales, parece que cualquiera puede dar consejos sobre estética. ¿Cómo ves el intrusismo dentro de tu sector?
Especialmente, los profesionales de la salud debemos ser conscientes de la importancia de los temas que tratamos y de que no hay que buscar likes sino el bienestar. Es positivo que haya mucha información, pero debe ser rigurosa y con sentido. Guiémonos por los consejos responsables y de profesionales.
Dices que ‘Comunicar no es solamente hablar y escuchar’, ¿cómo llegaste a esa afirmación y qué ha supuesto desde entonces?
En mi etapa de formación, en muchas ocasiones, percibía que algunos médicos hablaban más de sí mismos y para sí mismos y no tanto para lograr establecer una comunicación efectiva con el paciente. Información en exceso técnica, clases magistrales, que hacían que el paciente se sintiese incomprendido y solo. En mi consulta no cuelgan mis títulos de las paredes y, normalmente, no recibo a los pacientes con la bata médica, queriendo eliminar cualquier barrera en la comunicación. La clave es hablar de lo que el paciente necesita, no lo que tú necesitas como médico, para conectar mejor.
Si nos centramos en el cuerpo, hablas largo y tendido sobre ello… ¿Qué mensaje le darías a todas las personas, hombres o mujeres, que no se miran al espejo y que no prestan atención a su cuerpo?
En una época de mi vida, preocupada por las opiniones de los demás casi me despersonalicé como si hubiese dejado de existir. Dejas incluso de mirarte al espejo para no encontrarme con mi yo interno y unos ojos que dejasen entrever la necesidad de afrontar un cambio. Mi consejo tanto a lectores como pacientes es ‘mírate al espejo, escúchate a ti mismo y descubre quién eres’ y sube tu Everest personal.
Y de madres, también hablas un rato… De todos los tipos de madre que reflejas, ¿cuál es tu favorita, la que mejor te hace sentir?
De todas las madres de las que hablo en el libro cada madre tiene algo de ellas. Es verdad que hay estereotipos que encajan casi a la perfección en algunos casos. Muchas lectoras me cuentan que se encuentran reflejadasellas mismas, a sus madres o la gente de su entorno. Resulta positivo dedicar un tiempo a pensar en nosotros y en las personas más cercanas. Conocer el dolor, los temores de los demás, nos ayudan a entenderlos y a conocernos mejor a nosotros mismos. A mí, y a mi madre, también. Encontraréis en el libro madres muy humanas con sus luces y sombras, madres con humor, ternura, necesitadas de amor y, a la par, frustradas y capaces de generar a otros frustración o dolor.
Hay otra parte muy interesante del libro y es la del poder. El poder de ser lo que queramos ser y dejar de esperar a que le digan qué deba ser o no ser por agradar. ¿Crees que las mujeres nos movemos más por el qué dirán que por lo que realmente queremos hacer o ser?
Crecí preocupada de no ser mí misma, sino ser quién querían que fuese, pensando en ser ‘mujer de’, ‘hija de’, ‘madre de’,…, todo menos tú misma. Todos debemos ser capaces de encontrarnos a nosotros mismos prescindiendo de esa preposición ‘de’ a modo de símbolo de pertenencia o dependencia. ¿Quién eres? ¿Qué quieres? Quiérete a ti misma. Probablemente, no hay medicina más potente que valorarnos y respetarnos a nosotras mismas. Es el comienzo de la mejor relación con todo lo que nos rodea, para inspirar y para hacer también felices a los demás. Me ha encantado recibir comentarios de hombres que han leído el libro y que les ha ayudado en su relación con sus parejas y también con ellos mismos.
Muchas veces hemos oído lo de si no te quieres tú, quién te va a querer… Pero nos cuesta mucho, querernos primero a nosotras mismas y luego lo demás. ¿Cómo podemos priorizarnos?
Aprendiendo a estar sola contigo misma y desterrando el sentimiento de culpa. El amor propio es la base para tener la capacidad de enamorarte y enamorar a las personas que te rodean. No hay que confundirlo con egoísmo. Necesitas estar en condiciones física y mental óptimas para ayudar a los demás. En el libro cuento una anécdota y es lo que te dicen en los aviones y que en caso de emergencia y necesitar las mascarillas, las madres deben ponerse la suya antes de hacerlo con sus hijos o de otro modo no podrían ayudarles.
¿Crees que las mujeres hemos evolucionado en todos estos aspectos o aún nos queda mucho por hacer?
Me temo que aún queda mucho camino por recorrer aunque estemos muy evolucionadas. Hace falta creer en ti misma.
Para terminar, si tuvieras que resumir el mensaje principal de ‘Subir al Everest con tacones’ en una sola frase, ¿cuál sería?
Con tacones o en chanclas decide subir tu propio Everest, pero hazlo y hazlo sin cadenas ni atadurasporque al final del viaje podrás alcanzar lo que quieras siendo libre.