Hace menos de dos años, en noviembre de 2022, Selena Gomez lanzaba su documental sobre salud mental titulado ‘My Mind & Me’. Con él, pretendía mostrarle al mundo sus sentimientos más sinceros, durante un momento en el que se enfrentaba a serios problemas de ansiedad y depresión. La cantante, actriz, productora y diseñadora fue diagnosticada de lupus con 23 años, una enfermedad que le llevó a desarrollar trastorno de bipolaridad.
La gota que colmó el vaso fue el trasplante de riñón al que tuvo que someterse en 2017. A raíz de la operación, la joven decidió apartarse de la escena pública para centrarse en su recuperación. Sin duda, un momento complicado en su vida que, finalmente, decidió mostrar a sus fans con un documental centrado en los baches que había atravesado su salud mental durante todo ese tiempo.
"Me pone enferma escuchar las cosas que decía al principio sobre mí"
Su estado de salud físico y emocional, agravados también por la presión mediática en la que ha crecido desde que fuera ‘chica Disney’, fueron tema de conversación en ‘My Mind & Me’. Sin embargo, ahora ha reconocido que nunca estuvo del todo convencida con la idea de sacar una pieza audiovisual sobre su vida privada: “Durante un largo período de tiempo, no supe si se trataba de una buena idea”, declaraba hace menos de una semana en una conferencia del popular certamen musical SXSW (Texas).
Una vez que el documental estuvo terminado, “no tenía opción”. Al lanzar su proyecto al público, reconoce que se sintió “aliviada”, como si se hubiera quitado “un gran peso de encima” porque se había atrevido a contar muchas cosas que se había estado guardando para sí misma durante años. Analizándolo con perspectiva, Selena ha confesado que está “muy orgullosa” del documental, pero aun así, le cuesta verse en la pantalla abriéndose en canal. Tanto es así que no cree que pueda ponérselo de nuevo: “No lo volveré a ver nunca más”.
“Es importante hablarse a una misma con amabilidad”
"Me pone enferma escuchar las cosas que decía al principio sobre mí. Me desanima", proseguía la polifacética artista, refiriéndose a que no le gusta recordar aquella etapa de su vida. En el documental, que le tomó grabar 6 años, reflejaba su baja autoestima, marcada por sus problemas de confianza e imagen corporal. Aunque muchas personas puedan haberse sentido identificadas con esos sentimientos, con el paso del tiempo Selena Gomez ha aprendido que “es importante hablarse a una misma con amabilidad”.
La cantante también abordó la importancia de la flexibilidad para lidiar con la presión, algo que también debería trabajar el entorno de cada individuo: “Había muchas personas que se preocupaban por mí más de lo que yo me importaba y que querían que hiciera cosas para las que no estaba preparada. Tenía que tocar fondo y tenía que hacerlo en mi momento”, explica ahora Gomez.