La belleza, un concepto que ha fascinado a la humanidad desde tiempos inmemoriales, es mucho más que una cualidad superficial. Su percepción no solo está influida por patrones estéticos universales como la simetría o las proporciones, sino también por factores emocionales, psicológicos y culturales que definen nuestra experiencia individual y colectiva. Hoy en día, el enfoque tradicional sobre lo bello se amplía gracias a disciplinas como la neuroestética, que estudia cómo el cerebro responde a estímulos estéticos y cómo estas reacciones impactan nuestro bienestar.
Para profundizar un poco más en esta nueva forma de entender la belleza, la Dra. Sandy Dueñas, especialista en Medicina Estética Cuántica y autora del libro ‘Medicina Estética del Alma’, acudió al podcast ‘La Huella de la Piel’. “Cuando empecé a investigar, me di cuenta de que muchos conceptos sobre la belleza no abordan cosas realmente importantes, como las sensaciones intangibles que transmite”, explicó la doctora.
"Cuando empecé a investigar, me di cuenta de que muchos conceptos sobre la belleza no abordan cosas realmente importantes"
Aunque su exploración inicial incluyó aspectos de la medicina funcional, como la revisión de hábitos alimenticios, el microbioma o la inflamación crónica, Dueñas admitió que esos enfoques no lograban abordar por completo las emociones intangibles que las personas experimentan al sentirse bellas. Fue en este contexto donde la neuroestética se convirtió en una pieza clave. “La neuroestética por fin explica diferentes ejes que definen la experiencia completa de la belleza”, comentó. Este campo, que estudia las reacciones cerebrales ante lo estético, ofrece una comprensión más profunda de cómo las personas perciben la belleza en sí mismas y en los demás.
¿CÓMO ENTENDER LA BELLEZA?
La doctora Dueñas describió los tres ejes principales que forman la experiencia estética según la neuroestética:
- La línea primitiva. “Es un eje que combina proporciones y simetría, aspectos relacionados con la supervivencia. Si ves algo que no te entra por los ojos, simplemente no lo eliges”. Este aspecto refleja nuestras respuestas instintivas hacia lo que nos resulta atractivo.
- La línea adaptativa. Según la experta, aquí entran en juego los conceptos individuales que cada persona tiene sobre la belleza. “Es un conjunto de ideas que pueden ser antagónicas, pero que se mezclan para formar un criterio específico”.
- La línea integrativa definitoria. Este eje está marcado por el factor hedónico, el placer. “Cuando hablamos de lo hedónico, hablamos de qué nos gusta y qué no. Es ahí donde definimos nuestras preferencias estéticas”, explicó.
Estos tres niveles interactúan para crear una experiencia completa, donde los elementos superficiales pueden ser herramientas para generar un impacto positivo no solo en la apariencia, sino también en la mente.
Por otro lado, la doctora señala que la belleza está estrechamente vinculada con la salud física. “El primer punto de la neuroestética tiene que ver con la salud física. La belleza, en primer lugar, es determinada por esta salud. Percibes a alguien más saludable y sientes que tiene un respeto mucho mayor a sí misma”, aseguró. Este enfoque resalta la importancia de adoptar hábitos saludables como punto de partida para desarrollar una percepción más positiva de la belleza.
Además, enfatizó que la percepción de la belleza es influida por la gratitud y el pensamiento positivo. “Las personas agradecidas tienden a tener más recuerdos positivos, y eso se refleja en cómo perciben la belleza a su alrededor”, señaló.
LA BELLEZA Y EL BIENESTAR
La neuroestética también estudia cómo ciertas zonas del cerebro reaccionan a estímulos estéticos, activando centros de recompensa que generan sustancias asociadas con el bienestar. Estas sustancias, a su vez, condicionan sensaciones corporales positivas. “Dentro de esta neuroestética, hay un eje que me llamó la atención porque vi que entonces hay una probabilidad de cambio en tu percepción de la belleza. El mayor crítico de la belleza es uno mismo”, destacó Dueñas. Además, añadió que quienes perciben más belleza en sí mismos tienden a encontrar belleza en su entorno, mientras que las personas con pensamientos negativos tienen una percepción más limitada.
Partiendo de todo ello, la experta presenta un método que combina aspectos nutricionales, emocionales y cognitivos. Este programa, que propone un compromiso de 90 días, busca superar barreras mentales y desarrollar una percepción más equilibrada de la belleza. “Hay que vencer a tu propia mente, y eso es de lo más complejo”, afirmó.
“Hay que vencer a tu propia mente, y eso es de lo más complejo”
Según Dueñas, este enfoque incluye conectar el placer con actividades complejas para hacer de la vida una experiencia más gratificante. “Cuando haces eso, se vuelve un juego, y la vida se vuelve bonita. La belleza tiene ese poder también”, destacó. La especialista también abordó la delgada línea entre el amor propio y el ego. “Es un equilibrio fluctuante. Puedes ir de una a otra, porque al final, cuando pones límites, las personas pueden percibirlo como egoísmo. Lo importante es mantener un balance que permita alcanzar el bienestar”.
Finalmente, Dueñas destacó el poder transformador de los pensamientos. “Tus pensamientos, que generan una energía invisible, pueden hacer una modificación material. Te das cuenta de que realmente tienes el poder de cambiar todo”, concluyó. Con este enfoque integral, la Dra. Sandy Dueñas invita a redefinir la belleza como una experiencia que no solo se ve, sino que también se siente y transforma desde dentro. La neuroestética se erige así como un puente entre lo físico, lo emocional y lo mental, llevando el concepto de belleza a nuevas dimensiones.