“No nos afecta lo que nos sucede, sino lo que decimos acerca de lo que nos sucede”. Esta frase, pronunciada por Epicteto en el Siglo I, es una de las máximas de la psicología cognitiva y también del último libro de Rafael Santandreu, ‘No hagas montañas de granos de arena’. Una “frasecita”, como cuenta el psicólogo en una entrevista a este medio, que “es una bomba a nivel emocional”. Y es que la forma en la que nos hablamos cuando algo sucede es la manera en la que después afrontamos las adversidades. Por esta razón, la psicología cognitiva trabaja para “construir un diálogo interno para cualquier circunstancia de la vida, de tal manera que el impacto emocional sea el menor posible”, comenta Santandreu.
Sin embargo, este proceso no es únicamente funcionar como un loro de repetición. Como explica el autor –de este y otros dos best sellers-, “no vale con decirte frases bonitas”, lo interesante de este proceso de psicología cognitiva es “creérselo”, destaca. “Nuestro trabajo consiste en enseñar a las personas a cómo argumentarse y cómo convencerse de lo que llamamos nuevas creencias, que además son racionales, porque son positivas”, continúa.
“Cuanto más necesidades artificiales se crea una persona, más difícil es ser fuerte y feliz”
Es precisamente el poder de la mente el que puede jugar una buena o mala pasada. Ese poder es uno de los capítulos del libro de Santandreu y la esencia de este diálogo interno para el que uno de los ingredientes fundamentales es “necesitar poco”. Así lo explica el autor que asegura que “cuanto más necesidades artificiales se crea una persona, más difícil es ser fuerte y feliz”. Y esto se traduce a no necesitar la mejor casa, el mejor coche o la mejor pareja.
También este concepto tiene un capítulo dedicado entre estas 336 páginas: “No necesitamos que la gente nos trate bien todo el tiempo”. Cabe preguntarse si, que todo el mundo te trate bien constantemente, puede hacerte automáticamente feliz para el resto de tus días. Santandreu responde que no. “Que todo el mundo te trate excelentemente bien es tontería”, indica, “y hay que entender que esto no es necesario”.
LAS GRANDES PÉRDIDAS
Pero, ¿qué ocurre cuando lo que sí necesitamos se nos va? Un familiar, una persona muy cercana, un ser querido. ¿Qué ocurre con las grandes pérdidas? Es lo que Rafael traslada a su libro como “la última pérdida”.”Es la pérdida de todo, incluso de uno mismo, pero hasta en la última pérdida existe una cognición que desactiva la carga emocional”, comenta. Para el psicólogo, la clave también puede estar en la espiritualidad: “las personas con una profunda espiritualidad llevan la muerte con total serenidad”.
Tal y como comparte Rafael, en su trayectoria profesional ha acompañado a muchas personas en este trabajo. Es lo que en su libro llama “estudio objetivo-científico de las experiencias cercanas a la muerte”. “Las experiencias cercanas a la muerte son para mí el fenómeno más impactante, tanto de la historia de la humanidad, como de la humanidad en general”, reflexiona. Y gracias a estos casos con los que Rafael ha entrado en contacto a través de sus pacientes ha podido comprobar que “este estudio intensivo y profundo es muy sanador para la adversidad que supone un duelo severo o la inminencia de tu propia muerte”.
"Las personas ahora llevan mucho peor los duelos o su propia muerte"
Una adversidad a la que cada vez cuesta más hacerle frente. “Vivimos dándole la espalda al fenómeno de la muerte”, asegura Santandreu. De hecho, “lo hemos desnaturalizado”, matiza, una realidad que provoca “un impacto mucho más negativo cuando tienes a la muerte cerca”, añade el psicólogo, “por eso, las personas ahora llevan mucho peor los duelos o su propia muerte”.
“CUANDO SE CIERRA UNA PUERTA, SE ABRE UNA VENTANA”
Construir todas estas ideas y, abandonar el lado negativo de las pérdidas, incluso de las grandes pérdidas, puede no parecer fácil. Tampoco se trata de eliminar las emociones negativas. “En psicología cognitiva minimizamos estas emociones, pero no las negamos. Las emociones negativas tienen su utilidad”. Sin embargo, tal y como apunta este libro, “cuando se cierra una puerta, se abre una ventana”. Así lo afirma Santandreu en ‘No hagas montañas de granos de arena’, quien defiende que “una pérdida, no es una pérdida global”. De hecho, asevera, “la física y la química de la felicidad dicen que cuando se cierra la puerta, se abren un montón de ventanas”.
Y en esta misma línea, el psicólogo afirma que, para conseguir más fortaleza emocional deberíamos “no quejarnos y valorar lo que sí tenemos en cada momento”. “De una forma muy simplificada sería no quejarte de lo que pierdes o puedes perder, y potenciar el agradecimiento en cada momento con las posibilidades que sí tienes”, concluye.