La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que un 4% de la población mundial padece algún trastorno de ansiedad, lo que se traduce en que este problema afecta a más de 301 millones de personas a nivel global. La ansiedad es, sin duda, uno de los trastornos mentales más frecuentes que puede derivar en un ataque de pánico. De hecho, según informa el popular psicólogo en redes Luis Miguel Real (@LuisMiguelReal4), es probable que casi todas las personas sufran algún ataque de pánico a lo largo de su vida.
Ahora el experto ha explicado a sus seguidores de X cuánto tiempo podría durar un ataque de pánico, un episodio repentino que afecta más a las personas que conviven con algún trastorno de ansiedad. El ataque de pánico consiste en un episodio muy intenso de ansiedad y angustia caracterizado porque el individuo siente “miedo a morir de forma repentina, o volverse loca o perder el control de sus acciones”. Aunque suele durar poco tiempo, lo cierto es que estos ataques “suelen derivar en otros problemas de ansiedad sin tratar”, explica el experto.
A diferencia de la ansiedad, provocada por una situación o pensamiento específicos, el ataque de pánico comienza de repente y alcanza su intensidad a los 10 minutos, si bien la sensación de miedo puede prolongarse más tiempo. La duración estimada oscila entre los 5 y los 20 minutos, pudiéndose alargar como máximo 30. En este caso, “las sensaciones físicas del ataque de ansiedad terminan calmándose por sí mismas”, incluso puede que la persona no sea consciente de ello.
Para reconocer un ataque, conviene prestar atención a sus síntomas. Por lo general, se demuestra una aceleración del ritmo cardíaco, latidos irregulares o malestar en el área torácica, sensación mareo o náuseas, sudoración excesiva, sensación de asfixia, temblor en el cuerpo, disociación, alteración en la percepción de uno mismo, angustia o pánico por el temor a la muerte y rigidez muscular.
Las causas que podrían provocar un ataque de pánico son una excesiva atención a las sensaciones corporales; la aparición de expectativas catastróficas, muchas veces a causa de las sensaciones físicas; la aplicación de conductas de seguridad que un día no pueden utilizarse; conductas de evitación; o como consecuencia de otros problemas psicológicos.
“Los ataques de pánico no matan a nadie”
Aunque los ataques de pánico no son peligrosos, dejan una fuerte sensación de miedo y de malestar corporal, como por ejemplo, si se fuera a sufrir algún fallo cardíaco o una pérdida de control. Sin embargo, Luis Miguel Real recuerda que “los ataques de pánico no matan a nadie”. Lo que sí es posible es seguir una serie de consejos para acortar su duración y hacer que cada vez sean menos frecuentes:
- Aceptar las sensaciones físicas que aparezcan y no evitarlas.
- Controlar la respiración, mediante respiraciones lentas y profundas. Lo mejor es respirar con la tripa, manteniendo el aire en los pulmones durante unos segundos y, después, exhalando despacio. El psicólogo indica que hay que evitar la hiperventilación.
- Buscar un espacio tranquilo o, en su defecto, imaginárselo.
- Poner el foco en los estímulos externos, como sonidos o colores.
- Practicar algún juego con la mente, como cantar alguna canción o iniciar una cuenta atrás.
- Después de sufrir el ataque, conviene mantener la respiración lenta y tratar de desconectar con alguna actividad que ayude a recuperar la calma y a la relajación. También es recomendable hablar con alguien sobre lo que ha pasado.
- Otros elementos que ayudan a prevenir los ataques de pánicos son los que se incluyen dentro de la vida saludable, como la práctica de ejercicio físico regular, la práctica de técnicas de relajación, un buen descanso y pasar tiempo de calidad con la red de apoyos.
En cualquier caso, el experto en salud mental recuerda la importancia de acudir a consulta con un profesional de la Psicología que pueda ayudar a gestionar mejor estas emociones, especialmente en los casos más graves.