El popular director de cine y guionista David Lynch ha confirmado a través de sus redes sociales que sufre un enfisemapulmonar a consecuencia de haber “fumado durante muchos años”, escribía en X (antiguo Twitter). Se trata de un tipo de enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) que provoca dificultad en la respiración y que puede agravarse con el tiempo.
“Debo decir que disfruté mucho fumar y me encanta el tabaco (su olor, encender cigarrillos, fumarlos), pero este placer tiene un precio y, para mí, ese precio es el enfisema”, informaba Lynch a sus seguidores. “Hace más de dos años que dejé de fumar. Hace poco me hice muchas pruebas y la buena noticia es que, salvo por el enfisema, estoy en excelente forma. Me siento muy feliz y nunca me jubilaré”, concluía en su publicación.
Tras conocer la noticia, el Dr. Pablo Barrecheguren (@pjbarrecheguren), popular neurobiólogo y guionista, ha lamentado la enfermedad diagnosticada a Lynch, aludiendo a que “los malos hábitos siempre se pagan”: “De no haber fumado podría caminar sin necesitar oxígeno a los pocos metros, podría salir de casa porque el miedo a coger una enfermedad respiratoria no lo paralizaría y podría seguir dirigiendo”.
El divulgador científico admite que el caso de Lynch le da “mucha pena” tanto por su salud como por la parte artística. Aunque el aclamado director cinematográfico “está haciendo un esfuerzo por recuperarse, lleva años sin fumar y, salvo por los pulmones, tiene buena salud”, pero llega un momento en el que “los daños en los tejidos no se pueden revertir”, señala.
Además, lamenta la actual situación del creador de las populares ‘Twin Peaks’ (1990), ‘Mulholland Drive’ (2001) o 'The Wire' (2002), entre muchas otras, pues “no puede casi ni andar y no puede salir de casa por miedo a pillar una enfermedad respiratoria”. Desde la admiración a Lynch y la empatía por su enfermedad, el Dr. Barrecheguren expresa: “A nivel humano, ¡qué situación tan dura!”.
El hábito tabáquico está detrás del desafortunado diagnóstico de Lynch, la principal causa en el desarrollo de la EPOC. La exposición al humo del tabaco es el mayor factor de riesgo del enfisema, un trastorno respiratorio que afecta a los alveolos de los pulmones. Estos son unos pequeños sacos que se encargan del intercambio del oxígeno y del dióxido de carbono y que, con el enfisema, se inflan de forma anormal.
"Llega un momento que los daños en los tejidos no se pueden revertir"
Consecuentemente, las paredes de los alveolos se dañan y dificultan la respiración, provocando síntomas como tos, sibilancias o pitos, mucosidad, falta de aliento y presión en el pecho. Por otro lado, la realización de actividad física se torna muy compleja debido a la aparición de fatiga, mermando así la calidad de vida del paciente. Además, se convierten en personas de riesgo para el contagio de infecciones respiratorias frecuentes, pues la evolución de la enfermedad puede resultar muy grave para su salud pulmonar.
Lamentablemente, no existe una cura para el enfisema, aunque sí que hay tratamientos para tratar de aliviar los síntomas. Estas vías incluyen los cambios en el hábito de vida para dejar de fumar, utilizar medicación para relajar los músculos de las vías respiratorias y facilitar la respiración, las terapias de oxígeno para favorecer una absorción suficiente de este gas y la rehabilitación pulmonar a través de la fisioterapia. Todo ello con el acompañamiento de un equipo médico multidisciplinar.