"Permanecer sentado mata", una aseveración quizá exagerada, pero no tanto. Como se ha demostrado en múltiples estudios científicos el sedentarismo es un factor de riesgo de diversas patologías que afectan a la salud, de ahí la importancia de evitarlo. Así lo ha recordado el investigador principal en actividad física infanto-juvenil de NavarraBiomed, Antonio García Hermoso, quien ha tratado la importancia de entender la fisiología del sedentarismo para ponerle freno.
Como ha señalado en su perfil de X (anteriormente conocido como Twitter) la necesidad de los estudios en reposo, la reducción de los pasos que revelen su impacto en el peso corporal, el metabolismo, la salud cardiovascular, el sistema musculoesquelético, el sistema nervioso central o la inmunidad. Una serie de términos que recoge el estudio que también menciona el investigador en el tuit.
Publicado en American Physiological Society, el ensayo explica que las conductas sedentarias se caracterizan por un bajo gasto energético mientras se está sentado o tumbado. Estas, pueden provocar diferentes problemas para la salud, como resistencia a la insulina, disfunción vascular, cambio en el uso de sustratos hacia la oxidación de carbohidratos, cambio en la fibra muscular del tipo oxidativo al glucolítico, reducción de la aptitud cardiorrespiratoria, pérdida de masa muscular, fuerza y masa ósea, y aumento de la grasa corporal total, entre otros.
En el estudio también señalan que las próximas investigaciones deberían centrarse en los mecanismos moleculares y celulares que sustentan las adaptaciones para aumentar y reducir las conductas sedentarias
A pesar de las marcadas diferencias entre los estudios individuales, las intervenciones a más largo plazo destinadas a reducir o interrumpir las conductas sedentarias han dado como resultado beneficios en el peso corporal, la circunferencia de la cintura, el porcentaje de grasa corporal, la glucosa en ayunas o la insulina.
En el estudio también señalan que las próximas investigaciones deberían centrarse en los mecanismos moleculares y celulares que sustentan las adaptaciones para aumentar y reducir las conductas sedentarias y los cambios necesarios para impactar los sistemas fisiológicos y la salud general en diversos grupos de población.
No en vano, el sedentarismo, o la falta de actividad física, puede tener graves consecuencias para la salud. Entre ellas se encuentra: la obesidad y el sobrepeso, claramente asociado al sedentarismo; las enfermedades cardiovasculares como la hipertensión arterial o la enfermedad coronaria; el cáncer, sobre todo de colon o mama; el dolor de espalda; y la salud mental, que es una de las más afectadas y puede desencadenar ansiedad y depresión.