“El ejercicio no solo fortalece elcuerpo, también potencia la mente”. Así lo afirma Antonio García-Hermoso, investigador del Instituto de Salud Carlos III e Investigador Principal en el Navarrabiomed-Centro de Investigación Biomédica en una publicación en X, antes Twitter. En la publicación comparte un esquema que ilustra como la actividad física tiene efectos positivos en el cuerpo y el cerebro.
Entre las consecuencias de realizar actividad física se encuentran el aumento del rendimiento del ejercicio, la generación de energía y el suministro de oxígeno a los músculos, así como el aumento del metabolismo de los lípidos y los carbohidratos, el crecimiento y la reparación de los tejidos corporales y los vasos sanguíneos, y la producción de factores de crecimiento como BDNF, IGF-1 y VEGF. Estos factores de crecimiento estimulan la biogénesis mitocondrial, que es la formación de nuevas mitocondrias, las centrales energéticas de las células.
A través del diagrama compartido por el investigador García-Hermoso, sabemos que además la biogénesis mitocondrial generada por la actividad física aumenta la producción de enzimas antioxidantes, que protegen a las células del estrés oxidativo causado por los radicales libres. Este estrés oxidativo se reduce tanto en el cuerpo como en el cerebro, lo que mejora la salud y el funcionamiento de ambos.
“La actividad física mejora la cognición a través de diversos mecanismos neurobiológicos”
La actividad física también aumenta la producción de lactato y la citocina IL-6, que tienen efectos beneficiosos en el cerebro. El lactato es un “combustible” para el cerebro que mejora la eficiencia cerebral, el aprendizaje y la memoria, y las funciones ejecutivas. Mientras que la citocina IL-6, reduce la inflamación y la fatiga central, que son factores que afectan negativamente al rendimiento cognitivo.
Según el estudio citado en la publicación “Actividad física para la promoción de la salud cognitiva”, la actividad física también aumenta el volumen cerebral, la neurogénesis hipocampal, la formación de nuevas espinas dendríticas y el flujo sanguíneo cerebral, que son procesos que favorecen la plasticidad y la adaptación del cerebro. Además el ejercicio físico aumenta la potenciación a largo plazo (LTP), que es el mecanismo celular de la memoria, y la liberación de glutamato, que es el principal neurotransmisor excitatorio del cerebro.
El Dr. García-Hermoso afirma que “la actividad física mejora la cognición a través de diversos mecanismos neurobiológicos” y así lo explica este estudio que muestra que los efectos de la actividad física en el cerebro se traducen en una mejora de las funciones cognitivas, la prevención del deterioro cognitivo y una mayor calidad de vida.