Es de sobra conocida por todo el mundo la grave crisis de opiáceos que afecta actualmente a Estados Unidos, especialmente entre sus jóvenes. Las sobredosis de drogas son la principal causa de muerte entre los menores de 50 años, por delante del cáncer, el suicidio o los accidentes de tráfico, y la trágica historia de Jonathan da buena muestra de ello.
Ha sido el farmacéutico @JulioFdez79 quien se ha aventurado a contarla en un nuevo hilo de X. Jonathan murió en el año 2003 a causa de una sobredosis de heroína, cocaína y Fentanilo, el opiáceo que más en boga está en Estados Unidos. E, irónicamente, fue su padrastro, Jack Fishman, quien años atrás ayudó a descubrir el antídoto contra la sobredosis de opiáceos: La Naloxona.
Dicho “antídoto” surgió a mediados del siglo pasado como respuesta al abuso de narcóticos y opiáceos -especialmente morfina y heroína- que ya afectaba entonces al país norteamericano. Fishman creyó entonces haber sintetizado un potente analgésico opiáceo, la Oximorfona, modificando su estructura, puesto que los científicos de aquella época llegaron a la conclusión de que solo un opioide podía contrarrestar a otro.
Los científicos de aquella época llegaron a la conclusión de que solo un opioide podía contrarrestar a otro
Sin embargo, lo que consiguió es crear el primer “antagonista opiáceo seguro”, la mencionada Naloxona. En 1971, fue aprobada por la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FEDA) como fármaco para revertir los peligrosos efectos del uso y abuso de opiáceos, pudiéndose administrar por vía intravenosa -la más rápida para revertir la sobredosis-, por vía intramuscular y por vía nasal.
En concreto, la Naloxona actúa en los mismos receptores que los opiáceos, produciendo su desplazamiento e invirtiendo sus efectos en no más de dos minutos. De hecho, en el año 1983, la OMS incluyó a la Naloxona en su lista de medicamentos esenciales para revertir la sobredosis de heroína. Pero, ¿qué pasó entonces con Jonathan?
Fishman no pudo comprobar in situ la importancia que tendría su descubrimiento en la época actual
Simple y llanamente, el joven murió abandonado a las puertas de un hospital de Miami porque la Naloxona no se podía obtener entonces sin receta “o no era tan accesible”. Fishman se sintió impotente ante este hecho, y decidió dedicar los últimos años de su vida a mejorar el acceso a este medicamento para revertir las sobredosis a opiáceos.
De manera paradójica, fue en el año de su muerte, 2013, cuando se comenzaron a investigar fórmulas intranasales de la Naloxona. Tristemente, Fishman no pudo comprobar in situ la importancia que tendría su descubrimiento en años venideros, ni cómo uno de sus hijos, abogado, luchó por la disponibilidad de la Naloxona en botiquines, lugares de socorro y para familiares de adictos.
En 2014 llegó el primer gran avance, con la aprobación del primer kit auto inyectable de Naloxona, mientras que en 2015 se aprobó también el primer dispositivo intranasal, Narcan. En ese mismo año, además, el número de estados que adoptaron leyes que facilitaron que los adictos pudiesen comprar Naloxona en las farmacias pasó de 4 a 43. Por último, en 2023, la FDA aprobó la venta de Narcan sin receta médica.