Alexandra Pereira ha informado a sus seguidores de que su hijo Sasha utiliza un casco ortopédico para proteger su cráneo mientras duerme. Se trata de una forma de corregir anomalías o malformaciones en los cráneos de los bebés, que en realidad son un problema bastante frecuente en niños de hasta año y medio.
Cuando los bebés llegan a este mundo, tienen zonas más blandas en su cabeza que reciben el nombre de fontanelas, un tejido más blando que el hueso craneal para facilitar la salida durante el parto vaginal. Al ser estructura blanda, durante la presión del parto la forma del cráneo se puede deformar, pero con el paso del tiempo tiende a redondearse y a recuperar una forma correcta.
Sin embargo, en otros casos la cabeza del bebé puede cambiar, motivado principalmente por la postura a la hora de dormir. Los recién nacidos pasan mucho tiempo acostados y si mantienen durante largos periodos una misma postura, es probable que esa forma irregular se instale, creando lo que conocemos como plagiocefalia postural.
SOLUCIÓN A LA PLAGIOCEFALIA POSTURAL
Es entonces cuando se puede recurrir a la terapia de los cascos ortopédicos o correctores para bebés, recomendados siempre por un especialista. Son artículos elaborados por profesional ortopédico con un material suave y moldeable para que se pueda ajustar a la cabeza del niño, dando una solución específica a sus problemas. Los expertos recomiendan que los pequeños puedan llevarlo el máximo de horas posible para garantizar el éxito del tratamiento.
El casco ortopédico lo elaborará personal ortopédico cualificado para dar solución a los problemas específicos del bebé
El tratamiento con los cascos ortopédicos suele prolongarse entre 4 y 6 meses, dependiendo de cada caso en particular. Como es evidente, puede resultar complejo que los bebés se adapten a llevarlo durante caso todo el día, así que habrá que introducirlo de manera gradual y aumentando el número de horas paulatinamente, hasta llegar a las 23 horas de uso diario.
Hasta el fin del tratamiento, el casco corrector debería quitarse únicamente durante el tiempo de baño. Si la cabeza del niño transpira y a la hora de retirárselo hay humedad, lo más recomendable es secarle la cabeza o lavársela, y posteriormente lavar también el casco con jabón neutro y secarlo bien antes del siguiente uso para prevenir cualquier tipo de infección.