El cortisol es un elemento clave a la hora del diagnóstico de una enfermedad psicosomática según el experto en Covid Persistente, Manuel Ruiz-Pablos. En una de sus publicaciones en la red social X, antes twitter, afirma que si los sanitarios tratan a un paciente de Encefalomielitis miálgica (EMSFC) o COVID persistente como una enfermedad psicosomática, un razonamiento acabará con esa teoría: “Si tu enfermedad estuviera provocada por estrés, tendrías cortisol elevado y lo característico de estas enfermedades es que se encuentra en niveles bajos o incluso muy bajos”, afirma el experto.
Manuel Ruiz-Pablos es técnico de laboratorio de análisis clínicos y biomédicos. Actualmente colabora con el CIMA de la Universidad de Navarra en la búsqueda de biomarcadores de Encefalomielitis Miálgica o Síndrome de Fatiga Crónica. Su trabajo se centra en vincular la infección por el virus de Epstein-Barr en pacientes genéticamente predispuestos con el desarrollo de diferentes enfermedades.
En el año 2013 Manuel se infectó con el virus de Epstein-Barr y tras un mes con síntomas parecidos a los de una gripe comenzó a notar afecciones en el estómago, perdida de peso o niveles de cortisol muy bajos. Tras ser diagnosticado con encefalomielitis miálgica o síndrome de fatiga crónica (EM /SFC) realiza un intenso trabajo de divulgación sobre esta enfermedad.
“Hay datos suficientes de estas enfermedades como para que cualquier sanitario no diga que la causa es el estrés, sino de origen viral”
En la publicación, el investigador afirma que los pacientes de Covid Persistente no pueden responder bien al estrés al tener niveles bajos de cortisol y sentencia: “El estrés no es causa de tu enfermedad”. Además Ruiz-Pablos afirma que “ya hay datos suficientes de estas enfermedades como para que cualquier profesional sanitario no diga que la causa es el estrés, sino de origen viral”.
El experto apunta que en estos pacientes “no hay una respuesta óptima de cortisol al estado inflamatorio que hay debido al aumento de citoquinas proinflamatorias de manera crónica. Por lo que cualquier evento diario que requiera de más producción de cortisol no tendrías suficiente al no responder bien al estímulo y estar siendo ‘usado’ lo que tienes para contrarrestar esa inflamación”, concluye.
En sus publicaciones el investigador Ruiz-Pablos también recuerda la precaución que debe tenerse con los refuerzos inmunológicos en pacientes de Covid Persistente, ya que “si los linfocitos T ya están agotados o comprometidos por exposición crónica a antígenos virales, la introducción de más antígenos podría no ser beneficiosa y, en cambio, podría aumentar la carga sobre un sistema ya debilitado, aumentando los síntomas”.