Virginio Gallardo, psicólogo MBA interesado en la gestión del cambio y la transformación organizativa, ha compartido en X (antiguo Twitter) cómo el estrés “intoxica nuestras funciones cerebrales”. Y lo ha hecho a través de una infografía de TecScience, que explica los distintos procesos que ocurren en el cerebro humano cuando la tensión y el agobio se mantienen en el tiempo.
La amígdala, el hipocampo y la corteza prefontal son los 3 principales ejes actuadores en situaciones de estrés. La amígdala es la conocida como la reguladora del miedo y le afectan los niveles altos de cortisol, la hormona del estrés. Además, el hipocampo “se relaciona con la memoria, el aprendizaje y el control del estrés”, mientras que la corteza prefrontal toma parte en las habilidades cognitivas más complejas.
Cuando un sujeto está sometido a un fuerte período de estrés, hace que el cerebro se estrese. De esta manera, “se incrementa la actividad en la amígdala, que produce más cortisol”, un proceso que “puede matar las células del hipocampo”. Asimismo, unos niveles elevados de cortisol reducen el tamaño del cerebro y disminuyen las conexiones neuronales.
Como consecuencia del estrés, “la parte que se comprime más es la parte frontal” y esta es precisamente el área que regula las conductas como la concentración, la capacidad de decisión y la interacción social. Esa afectación en la parte central reduce la capacidad del cerebro de aprender y de recordar información.
En cambio, el cerebro en calma favorece la concentración, la capacidad de atención y el control de las emociones. Por ejemplo, cuando el cerebro se encuentra meditando, se ha observado cómo el tamaño de la amígdala se ve reducido e incluso se apaga, impidiendo así que libere cortisol y contribuya al estrés. Desde TecScience señalan:
“La meditación es la práctica de la concentración, por lo que activa la corteza prefrontal del cerebro. El cerebro entrenado para meditar mejora sus habilidades de atención, control emocional y conciencia de sí mismo”. Además, recuerdan que “la salud cerebral es fundamental por el impacto que produce en otras enfermedades”. Por lo tanto, la clave para tener un cerebro descansado y sin estrés está en "descansar y desconectar", según Virginio Gallardo.
"El cerebro entrenado para meditar mejora sus habilidades de atención, control emocional y conciencia de sí mismo"
Las situaciones de estrés mantenidas en el tiempo en la sociedad actual tienen mucho que ver con el estrés laboral, tal y como recuerda el psicólogo. La Organización Mundial de la Salud (OMS) reconoció en 2019 el estrés laboral como enfermedad, entendida como un problema colectivo, al afectar a trabajadores dedicados a cualquier profesión laboral.
Desde la OMS instan a proteger la salud mental en el entorno laboral, con mejoras para atender los problemas emocionales de los trabajadores, recomendaciones individuales y colectivas y programas de detección, ya que el estrés laboral repercute no sólo en su bienestar, funcionamiento cognitivo, conductual, emocional, social, relacional, salud física e identidad, también afecta directamente a su rendimiento y productividad.