La nutrición puede influir en numerosos aspectos de nuestra vida. Algunos hábitos pueden aumentar el riesgo de padecer enfermedades, otros pueden interrumpir el sueño e incluso alterar nuestras hormonas. La crononutrición estudia este enfoque basado en que, según el momento del día en el que se realice una comida, puede influir en el metabolismo y en cómo el cuerpo utiliza los nutrientes.
Sobre esta cuestión han debatido Jesús Sierra y la doctora Isabel Belaustegui en un nuevo capítulo de su canal Vida Potencial. Ambos han mantenido una conversación sobre cómo se manifiesta la disrupción y cascada hormonal producida por cenar tarde. “El cenar tarde afecta mucho porque en esas horas del final del día cambia la respuesta de la insulina al alimento”, ha explicado la especialista.
“Si cenamos tarde se favorece la acumulación de grasa y el aumento de peso”, añade la doctora. En este aspecto, un mal hábito en los horarios de las comidas podría perjudicar directamente al cuerpo y favorecer el desarrollo de enfermedades. Además, una mala regulación de la glucosa también está vinculada a patologías como la diabetes.
“Hay muchas personas que se están esforzando un montón para perder peso y están bloqueados, y a veces lo que ocurre es que cenan tarde”
A esto, la doctora ha hecho referencia a los pacientes que están detrás de la pérdida de peso. “Hay muchas personas que se están esforzando un montón para perder peso y están bloqueados, y a veces lo que ocurre es que cenan tarde”, asegura la experta. En ese sentido, Belaustegui recomienda “hacer un ajuste de reloj”.
Además de enfermedades nutricionales y el desarrollo de algunas patologías, una alimentación a deshora puede dificultar la calidad del sueño. “Puede dificultar el sueño reparador”, afirma la doctora, “y el sueño es esencial en la salud física, mental y emocional”, añade.
Asimismo, comer de forma irregular puede afectar a los Ritmos Circadianos, como explicaba la doctora María Valero en una entrevista en ConSalud.es. Una alimentación a deshoras puede alterar las fluctuaciones en los niveles de glucosa en sangre y, por consiguiente, puede aumentar el riesgo de desarrollar diabetes, o afectar a las personas que la padecen.
Por esto, el equilibrio en la dieta diaria y la moderación son esenciales. Además, como explicaba la doctora Belaustegui, no solo influye en un aumento de peso, sino que también condiciona la calidad del sueño, favoreciendo un mal descanso.