La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que más de 55 millones de personas en todo el mundo sufren alzhéimer, pero previsiblemente esta cifra aumentará hasta los 78 millones de cara a 2030 y a los 139 millones para 2050. Son, sin duda, unos datos alarmantes que evidencian la necesidad de potenciar la investigación para lograr tratamientos efectivos contra la enfermedad y de poner el foco en la prevención, ya no sólo por el coste sanitario que supone (en España el coste anual por paciente se sitúa entre los 27.000 y 37.000 euros anuales), sino por mejorar la calidad de vida de quienes sufren alzhéimer y de su entorno.
Precisamente en el campo de la prevención, un reciente estudio aleatorizado ha arrojado luz sobre cómo mejorar la capacidad cognitiva en los pacientes con demencia. Dicho estudio, compartido en 'X' (antiguo Twitter) por el Dr. David Pérez Martínez (@daperezm), jefe del Servicio Neurología Hospital 12 Octubre y del Hospital La Luz, sostiene que realizar “cambios intensivos en el estilo de vida pueden mejorar la cognición en pacientes con deterioro cognitivo leve o demencia leve por alzhéimer”.
La investigación ha utilizado una muestra de 51 pacientes de edades comprendidas entre los 45 y los 90 años que presentan cognición leve o demencia leve por alzhéimer. A estos pacientes les introdujeron cambios en el estilo de vida, concretamente en su dieta, en el ejercicio diario, en el manejo del estrés y en la prestación de grupos de apoyo:
La dieta estuvo basada “en alimentos integrales, alta en vegetales y baja en grasas dañinas y carbohidratos refinados”, explica el Dr. Pérez Martínez. Este ajuste demostró una mejora en la función cognitiva en la escala CGIC (p=0.001). Por otro lado, la actividad física la conformaron 30 minutos diarios de ejercicio aeróbico y ejercicios de fuerza leve 3 veces por semana, ajustados a las necesidades del paciente según su edad y condición física. Significó una mejora en las puntuaciones de CDR-SB (p=0.032) y una correlación significativa con mejoras cognitivas y funcionales.
Asimismo, los sujetos de la muestra incorporaron técnicas de manejo del estrés, tales como la meditación, la relajación progresiva y los ejercicios con respiración durante una hora al día. “Mejoró el CDR Global (p=0.037) y ADAS-Cog (p=0.05)”, indica el neurólogo. También practicaron sesiones de apoyo grupal de una hora de duración tres días por semana “para mejorar el soporte emocional y la adherencia al programa”. Esta medida “mejoró la escala CGIC (p=0.001), redujo del aislamiento y fomentó la adherencia a dieta y ejercicio”.
"Promover un cambio del estilo de vida saludable debería estar en el centro de nuestras intervenciones terapéuticas y en la prevención del alzhéimer"
Las conclusiones del estudio hallaron que los “cambios intensivos en el estilo de vida pueden mejorar la cognición y función en pacientes con deterioro leve o demencia leve por alzhéimer en solo 20 semanas”, señala el doctor en la red social. Asimismo, logró “cambios en los biomarcadores con una mejora en ratio en plasma del b-amiloide 42 / 40 (p=0.003)”.
El Dr. Pérez Martínez concluye asegurando que “promover un cambio del estilo de vida saludable debería estar en el centro de nuestras intervenciones terapéuticas y en la prevención de esta enfermedad”. Una enfermedad que, según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), ya deja cerca de 600.000 casos en España y que no sólo afecta a la calidad de vida de sus pacientes, sino también al entorno que les rodea.