La actriz Itziar Castro falleció el pasado 8 de diciembre a los 46 años a causa de una parada cardiorrespiratoria. En 2020, Castro publicó en sus redes sociales una fotografía representando un cuadro de Botero con la que descubrió que padecía lipedema. Esta patología, que fue aceptada por la OMS en 2018, es una enfermedad crónica del tejido graso que afecta casi exclusivamente a mujeres.
Castro destacaba, junto a su papel de actriz, por su activismo contra la gordofobia y su defensa del empoderamiento femenino. Así lo demostró en numerosas ocasiones en declaraciones a otros medios y en sus redes sociales, donde compartía sus trabajos, su lucha contra los estigmas y hasta un #ArtChallenge con el que dio a conocer su enfermedad.
Por ahora, las causas de esta patología no están claras. Según apunta el Dr. Burgos de la Obra en su cuenta de Instagram, esta patología tiene un componente genético hereditario, pero también depende del componente hormonal y se intensifica con un cambio en los niveles de hormonas. En las fases iniciales, los síntomas más comunes son la sensación continuada de pesadez en las piernas y una tendencia a la formación de hematomas con facilidad.
Los pacientes con lipedema pueden presentar más molestia en los meses con temperaturas elevadas
A medida que avanza la enfermedad, asegura el doctor, se hace más evidente una desproporción entre el torso y las piernas. Asimismo, el dolor es progresivo y la enfermedad empeora con el paso de los años hasta aparecer dolor también en reposo. Los pacientes con lipedema pueden presentar más molestia en los meses con temperaturas elevadas.
El tratamiento del lipedema puede realizarse mediante cirugía y, como señala el especialista, “una parte muy importante de la operación es repasar, volver a repasar y volver a repasar para asegurarnos de que obtenemos los mejores resultados posibles”. Además, esta patología esta infradiagnosticada y desatendida entre las mujeres. “El lipedema es una enfermedad ignorada por la mayoría de los médicos”, afirma.
Esta patología afecta significativamente a la salud de las mujeres, en concreto hasta en un 5% de ellas, e influye en su calidad de vida de manera directa. “Es una condición médica con un enorme impacto emocional”, apunta el doctor. “El manejo de esta enfermedad debe enfocarse como un problema médico y no como una condición puramente estética”, concluye.