Tras las complicaciones en la intervención abdominal a la que tuvo que someterse Kate Middleton el pasado mes de enero y ante el secretismo guardado por la Familia Real Británica, las conspiraciones por los problemas de salud de la princesa de Gales están ganando cada vez más fuerza.
La ausencia del príncipe Guillermo en el acto religioso en memoria de Constantino de Grecia celebrado el pasado martes ha sido el detonante de una bomba mediática que ha obligado al equipo de prensa de la Casa Real a lanzar un comunicado urgente para dar algunas explicaciones:
“Fuimos muy claros desde el principio en que la princesa de Gales estaría fuera hasta después de Pascua y el Palacio de Kensington solo proporcionaría actualizaciones cuando algo fuera significativo".
De esta manera, los portavoces de la Familia Real Británica confirman que la duquesa de Cambridge continúa con su recuperación de forma discreta y con la agenda cancelada, tal y como ya anunciaron a su salida del hospital.
Sin embargo, no aportan ninguna información sobre la afección por la que tuvo que ser intervenida y por la que necesita tres meses de recuperación. Los motivos de la operación aún se desconocen, en principio para salvaguardar el deseo de la propia Middleton de que todo quede en la intimidad.
"El Palacio de Kensington solo proporcionaría actualizaciones cuando algo fuera significativo"
Ya el pasado mes de enero algunos medios británicos se atrevieron a anunciar que la duquesa de Cambridge habría tenido que ser inducida al coma por los problemas postoperatorios, razón por la cual habría tenido que permanecer ingresada más tiempo del esperado en el London Clinic.
La Familia Real Británica tuvo que lanzar ya entonces un comunicado para aclarar que la princesa de Gales volvía “a su casa de Windsor para continuar con la recuperación de su operación”, demostrando una evolución “favorable”.
Poco después, Middleton se trasladó a la finca de Sandringham, en Norfolk, donde también permanece el rey Carlos III siguiendo su tratamiento para el cáncer, enfermedad que le diagnosticaron a principios de febrero tras una intervención por problemas benignos en la próstata.
Para el caso del monarca británico, tampoco ha trascendido el tipo de tumor al que se enfrenta. Los rumores apuntaban al cáncer de próstata tras la intervención a la que se había sometido, pero los portavoces de la Casa Real desmintieron esta información.