Hace 10 años, el reputado diseñador de moda Juan Avellaneda sufrió un cáncer de testículos, cuando él solo sumaba 32. Aunque entonces superó con éxito la enfermedad, ahora podría estar ante una recaída, tal y como ha informado a la prensa en un evento reciente. El diseñador ha explicado que le han salido unos “bultitos”, motivo por el cual se encuentra “en revisión otra vez”. Por el momento, “está todo controlado”, pero confiesa que ha sido un “shock a nivel psicológico”.
Tras su pasado clínico, Avellaneda sospechó de una recaída en la enfermedad cuando recientemente se notó unos pequeños bultos en los testículos. Además, sentía que la zona le dolía “un poco más de lo habitual”, por lo que terminó acudiendo al médico. Afortunadamente y después de realizarse varias pruebas, todo parece apuntar a que son unos bultos benignos, pero el diseñador reconoce que la posibilidad de que se convierta en cáncer no es plato de buen gusto: “Yo estoy tranquilo porque sé que no es nada. Pero, al final, cuando sobrevuela un poco la palabra encima de ti, no te hace mucha gracia”, declaraba.
En España se detectan cada año 823 casos y los avances en los tratamientos médicos permiten la curación en el 95% de los pacientes
El cáncer de testículo es, precisamente, el tipo de actividad tumoral más frecuente entre los hombres menores de 35 años. Según la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), en España se detectan cada año 823 casos y los avances en los tratamientos médicos permiten la curación en el 95% de los pacientes. Si bien el cáncer testicular tiene un elevado porcentaje de curación en cualquier estadio de la enfermedad, su detección temprana es fundamental para identificar el tumor antes de su diseminación y, así, facilitar las vías de tratamiento.
Por el momento, no existen campañas de detección precoz para el cáncer de testículos, pero los autoexámenes pueden ser de gran ayuda para sospechar de los síntomas. Esta autorevisión debería practicarse mensualmente con el fin de detectar posibles cambios en los testículos. Según la American Cancer Society, lo mejor es hacerlo después de la ducha, aprovechando que la piel del escroto está relajada.
Se recomienda realizar una revisión anual con el urólogo para detectar de manera temprana cualquier problema
Durante la exploración, hay que apartar el pene para facilitar la observación y examinar cada testículo por separado. Para ello, se debe sostener el testículo con los dedos, rodándolo poco a poco sobre ellos. Mientras tanto, hay que prestar atención a cualquier bulto, cambio en el tamaño, en la forma o en la consistencia de los testículos teniendo en cuenta que, por naturaleza, estos suelen ser exactamente iguales entre sí.
Ante la sospecha de cualquier síntoma, conviene acudir al médico para obtener una valoración clínica, ya que no todos los cambios percibidos serán un cáncer testicular. No obstante, desde las instituciones recuerdan la importancia de acudir a las revisiones con el urólogo anualmente de manera general, si no existen otras indicaciones. De esta forma es posible anticiparse a cualquier problema y valorar adecuadamente los factores de riesgo para el cáncer de testículo, entre los que se incluyen:
- Criptorquidia o testículo no descendido al escroto antes del nacimiento.
- Antecedentes familiares, factores genéticos o haber sido paciente de este tipo de cáncer con anterioridad.
- Infección de VIH.
- Sobrepeso.
- Exposición a sustancias contaminantes.
- Microcalcificaciones testiculares.