La microbiota intestinal es una parte imprescindible del organismo humano, conformada por los millones de bacterias y microorganismos ‘buenos’ que residen en el intestino. Además de ayudar a metabolizar algunos alimentos que no se digieren en el estómago, estos microorganismos representan una parte importante de nuestro sistema defensivo. Y, aunque son minúsculos e imperceptibles a la vista humana, su conjunto puede representar hasta medio kilo de nuestro peso.
Endocrino Rosero (@endocrinorosero), el popular endocrinólogo que suma más de 151.100 seguidores en X (antiguo Twitter), ha explicado en la red social que, efectivamente, la microbiota “juega un papel vital en la regulación del sistema inmunológico y la defensa contra patógenos”. Además, gracias a su conexión con el sistema nervioso, “influye en la salud mental y metabólica, impactando en el riesgo de enfermedades crónicas y condiciones neurológicas”.
Cuando se produce una alteración en la microbiota, suelen desarrollarse unos síntomas muy concretos, como estreñimiento, diarrea, distensión abdominal, cólicos intestinales y heces con un olor fuerte y desagradable. Sin duda, son indicativo de que algo no va bien en los intestinos y conviene ponerle solución cuanto antes para evitar que los problemas se cronifiquen o deriven en otros más graves.
Para cuidar de este órgano, la alimentación es una pieza clave, ya que todo lo que ingerimos pasa por los intestinos. Y, para todas esas personas que se enfrenten a un desequilibrio, Endocrino Rosero ha explicado en X cuáles son los “alimentos que debes comer todos los días si quieres sanar tu microbiota intestinal”, con el objetivo de facilitar una buena digestión y absorción de nutrientes, así como de producir vitaminas esenciales.
En primer lugar destacan las leguminosas, grupo de alimentos ricos en fibra prebiótica que “sirve de nutrriente para las bacterias beneficiosas del organismo”. Asimismo, las leguminosas “contienen compuestos bioactivos, como los polifenoles, que promueven el crecimiento de una microbiota saludable”, señala el experto. Por lo tanto, consumir lentejas, garbanzos o judías de forma regular “puede mejorar la diversidad y la actividad de las bacterias intestinales” y, por ende, derivar en una “mejor salud digestiva y general”.
"Los polifenoles son compuestos antioxidantes que tienen efectos antiinflamatorios y que también favorecen la salud de la microbiota"
Endocrino Rosero también valora positivamente el yogur y el queso, productos que “contienen bacterias vivas y activas (probióticos) que ayudan a mantener el equilibrio de la microbiota intestinal”. Incluir lácteos como estos en la alimentación promueve el crecimiento de las bacterias ‘buenas’ para el organismo.
Por último, recuerda que las frutas implican varios beneficios, especialmente para la microbiota intestinal. El primero de ellos es que “contienen fibra soluble e insoluble” pero, además, “actúan como prebiótico, alimentando las bacterias beneficiosas del intestino y promoviendo su crecimiento”. Por otro lado, las frutas tienen un alto contenido de polifenoles, “compuestos antioxidantes que tienen efectos antiinflamatorios y que también favorecen la salud de la microbiota”.
No conviene olvidar que las frutas son ricas en vitaminas y minerales, así como en agua, todas ellas sustancias “esenciales para el buen funcionamiento del sistema digestivo y para mantener un ambiente saludable para las bacterias intestinales”, indica el experto. Además, la fruta variada conlleva otros múltiples beneficios para el organismo, por lo que no puede faltar en cualquier alimentación saludable.