El asma es una patología que en 2019 afectaba a unas 262 millones de personas, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), y que se prevé que seguirá incrementándose su incidencia debido, especialmente, a los estilos de vida actuales. Se estima que el 60% de estos pacientes no tienen controlada la enfermedad, lo que desencadena en respiración sibilante, dificultad para respirar, tos e incluso ataques de asma potencialmente mortales. En 1969 llegó al mercado el salbutamol, conocido por su nombre comercial Ventolin, un broncodilatador de acción rápida que supuso la solución de rescate en los momentos de enfermedad aguda y crisis respiratorias.
Han pasado desde entonces 55 años y, tal y como ha demostrado durante este medio siglo, este tratamiento constituye una herramienta vital para el manejo de estos pacientes, incluidos niños con asma infantil e hiperreactividad bronquial. No en vano, para estos último el salbutamol supone “el broncodilatador por excelencia”, como incide la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (AEPap).
Ventolin es uno de los tratamientos de rescate más utilizados en el asma
Diversos ensayos clínicos, así como su aplicación en la práctica clínica, han demostrado su eficacia y seguridad para aliviar de manera inmediata los síntomas agudos de la enfermedad. Su fiabilidad le ha convertido en uno de los tratamientos de rescate más utilizados en el asma, así como en otras patologías respiratorias como la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC).
De hecho, como recogen diferentes encuestas, los pacientes valoran muy positivamente los tratamientos con salbutamol, medicamento básico incluido en la Lista Modelo de Medicamentos Esenciales de la OMS.
UNA HISTORIA DE EVOLUCIÓN EN EL ASMA
En los últimos años, como recoge el Hospital Clínic de Barcelona, se han dado importantes avances en la investigación sobre los mecanismos implicados en la presentación de los distintos tipos de asma. La investigación está permitiendo determinar los fenotipos de esta patología así como avanzar en nuevos tratamientos que facilitan un mejor control del asma, al contar con mecanismos de acción implicados en las vías inflamatorias de esta patología.
Su acción frente a la sintomatología de la patología permite reducir la frecuencia y gravedad de las exacerbaciones asmáticas
Durante todo este periodo de avance, Ventolin ha seguido manteniendo su relevancia clínica y, como recogen las estadísticas, sigue siendo ampliamente prescrito por los profesionales de la salud y el principal elegido para tratar a pacientes en crisis respiratorias o en el tratamiento agudo del asma, debido a que su acción frente a la sintomatología de la patología permite reducir la frecuencia y gravedad de las exacerbaciones asmáticas.
Actualmente el auge de la medicina de precisión y la búsqueda de dispositivos con menor impacto en la huella de carbono están marcando las estrategias en el campo de las enfermedades respiratorias. En este sentido, Ventolin, fármaco que utilizan aproximadamente 35 millones de personas en el mundo, también está en proceso de actualizarse para reducir su efecto sobre el cambio climático sin dejar de dar una solución a los pacientes para que puedan mantener una buena calidad de vida pese a su patología respiratoria.