Las distintas autoridades sanitarias han dado la voz de alarma ante el desabastecimiento de medicamentos, que es cada vez más acuciante. Si hace unos meses saltaba a la luz la falta de amoxicilina pediátrica, antibiótico para tratar infecciones respiratorias; la terapia hormonal sustitutiva (THS), recetada a menudo contra los problemas derivados de la menopausia; y medicamentos para la diabetes análogos al GLP-1, que ganaron fama por sus supuestos beneficios para la pérdida de peso; ahora le ha llegado el turno a los fármacos para la tensión.
En los 18 días que han pasado desde principios de 2023, la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) ha notificado 90 nuevos medicamentos con desabastecimiento, por lo que la lista actual de fármacos con escasez asciende a los 671.
Del total de 35 tipos de medicamentos diferentes contemplados en la relación, los más afectados desde comienzos de año han sido los antibióticos, que suponen un 18,8% del total, seguidos de los tratamientos para la tensión arterial y los antivirales de acción directa, que representan un 9,3%. Otros de los que más escasez han sufrido han sido los antidepresivos (7,9%), algunos de los cuáles no tienen previsto reponerse hasta finales de junio, y aquellos que sirven para tratar distintos tipos de cáncer (5,1%).
No se prevé volver a tener disponibilidad de algunos antidepresivos hasta finales de junio
Casi un quinto de las nuevas incorporaciones a la lista de desabastecimiento no tiene sustitución o tiene que ser administrada de manera controlada. Y, desde principio del año, únicamente se ha resuelto la falta de 6 fármacos.
LA UNIÓN EUROPEA PLANTEA MEDIDAS ANTE EL DESABASTECIMIENTO FARMACOLÓGICO
España sigue en la misma tónica del resto de Europa, donde se ha extendido la escasez de antibióticos, provocada por un repunte inusualmente temprano de las infecciones respiratorias este invierno y la insuficiente capacidad de producción, principalmente debido a que un gran número de los genéricos esenciales son ahora producidos en Asia por la migración gradual que ha habido de su fabricación.
Este problema viene de lejos y ya en julio la Agencia Europea del Medicamento (EMA por sus siglas en inglés) publicó una guía de actuación ante el desabastecimiento de medicamentos, problema que se ha visto agravado por la crisis generada por el coronavirus. Preocupa especialmente el impacto negativo que esta escasez tiene en la atención al paciente, ya que en ocasiones se pueden utilizar medicamentos menos efectivos o tomarlos de forma incorrecta.
Asimismo, la comisaria de Sanidad de la Unión Europea, Stella Kyriakides, ha trasladado la intención de la Comisión Europea de modificar la legislación farmacéutica con el objetivo de hacer frente a este problema. En una reunión prevista para marzo, propondrán, entre otras medidas, incluir obligaciones más estrictas para el suministro de fármacos y la imposición de notificaciones más tempranas en caso de escasez.