El desarrollo tecnológico hace posible que cada vez sean más las tecnologías sanitarias que incorporan Inteligencia Artificial (IA), pero no todas son eficaces o seguras. Por ello, la Federación Española de Empresas de Tecnología Sanitaria (Fenin) aboga por su implementación en el sector en condiciones de seguridad para los pacientes. De este modo, considera esencial el valor del marcado CE de producto sanitario como garantía de que dicha tecnología ha superado los procedimientos que marca la legislación sanitaria.
El marcado CE de producto sanitario acredita que el fabricante ha evaluado el producto y cumple los requisitos de seguridad, calidad y eficacia exigidos en la Unión Europea para los dispositivos de diagnóstico y tratamiento médico. “El cumplimiento de nuestra regulación aporta, tanto a las instituciones sanitarias, profesionales sanitarios como a pacientes, el rigor científico necesario para la utilización de sistemas basados en IA, preservando la confidencialidad y privacidad de los datos de los pacientes”, ha explicado Pablo Crespo, secretario general de la Federación, en una comparecencia ante el Grupo de Trabajo sobre Implantación y Desarrollo de Inteligencia Artificial del Parlamento de Andalucía.
“El cumplimiento de nuestra regulación aporta, tanto a las instituciones sanitarias, profesionales sanitarios como a pacientes, el rigor científico necesario para la utilización de sistemas basados en IA"
La IA puede ayudar a optimizar la gestión de recursos hospitalarios en numerosas áreas: programación de cirugías, triaje de pacientes, gestión de inventarios de suministros médicos o asignación de camas. Sin embargo, la Federación ha destacado que los profesionales sanitarios representan un papel irreemplazable en su supervisión, manejo y toma de decisiones para abordar la implementación de la IA de manera estratégica y ética. De este modo se asegura la protección de los datos, la transparencia en su uso y la equidad en el acceso a sus beneficios.
Para ello, Fenin participa en las estrategias sobre digitalización e inteligencia artificial sanitarias con un “enfoque colaborativo, responsable y riguroso, que permita al sistema sanitario aprovechar al máximo las oportunidades que ofrece esta tecnología en para mejora de la salud, el bienestar de la población y la eficiencia del Sistema Nacional de Salud”.
Por otro lado, desde Fenin indican que una de las áreas en las que se debe trabajar para la mejora de la calidad asistencial es la medicina personalizada, ofreciendo a cada paciente la atención sanitaria más adecuada para su patología y circunstancias sociales. En este aspecto, la IA tiene el potencial de aportar importantes beneficios, tanto en el diagnóstico como en el tratamiento y el seguimiento de la enfermedad.
Por ejemplo, la IA ya ha demostrado su efectividad analizando grandes volúmenes de datos sanitarios, que ayudan a identificar patrones para detectar de forma temprana el cáncer. Además, hay estudios que han puesto de manifiesto su capacidad para recomendar planes de tratamiento individualizados basados en el análisis de datos genómicos y clínicos, mejorando los resultados en salud para los pacientes. A su vez, estas tecnologías pueden llegar a identificar tendencias y factores de riesgo en la población, facilitando la implementación de medidas preventivas y programas de salud más efectivos.
“Hay muchos ejemplos de lo que la IA ya puede hacer para que el sistema sanitario de un salto cualitativo en términos de resultados en salud y eficiencia”
“Estos son solo algunos ejemplos de lo que la IA ya puede hacer para que el sistema sanitario de un salto cualitativo en términos de resultados en salud y eficiencia”, añade Crespo. A pesar de que la IA emerge como una gran oportunidad para el sector sanitario, implica también afrontar retos como la inversión en una infraestructura tecnológica que soporte la incorporación de sistemas de IA, incluyendo la actualización de hardware y software en centros de salud.
Por otra parte, es también imprescindible formar y capacitar a los profesionales sanitarios en el uso y comprensión de estas tecnologías, asegurando que puedan integrarlas eficazmente en su práctica clínica. Para un exitoso desarrollo de la inteligencia artificial, es preciso cumplir el marco normativo sanitario, la colaboración público-privada y un marco ético que aborde sus particularidades en el sector salud, según indica Fenin.