Cada año, e incluso cada mes, el gasto farmacéutico por recetas del Sistema Nacional de Salud (SNS) sube, siendo 1.091 millones de gasto solo el mes de marzo de 2022, último dato disponible. Un gasto en fármacos que se repite en todos los países y más allá de los fármacos con recetas, lo que está llevando a lo que se conoce como sobremedicación: una tendencia a tomar a veces tratamientos farmacológicos que no se precisan. Como explica Eduardo Santué, vicepresidente segundo de la Sociedad Española de Farmacia Comunitaria (SEFAC), en España existe “una falta de validación de si los tratamientos responden a las necesidades de los pacientes lo que lleva a prescribir fármacos que no se precisan”.
En general, el consumo de fármacos en el mundo ha aumentado por la aparición de tratamientos que permiten mejorar la esperanza de vida de las personas con enfermedades crónicas o que les ofrece una terapia a pacientes que antes no tenían. Pero además, el aumento de los fármacos ha crecido por “una tendencia social generalizada a medicalizar los problemas de la vida diaria”, indica para Consalud.es la Dra. Laura Aliaga Gutiérrez, especialista en Medicina Familiar y Comunitaria. Coordinadora del grupo de trabajo Gestión del Medicamento, Inercia Clínica y Seguridad del Paciente de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (Semergen).
"Numerosos estudios identifican un elevado porcentaje de pacientes mayores que toman medicamentos potencialmente inadecuados para ellos”
Esta última situación de medicalizar los problemas diarios sin hacer un uso más adecuado y seguro, ha provocado que actualmente la sobremedicación sea un problema real en distintos países. España se encuentra en el top 3 europeo en consumo de antidepresivos, ansiolíticos y benzodiacepinas. Además de un alto consumo de psicofármacos, los medicamentos más consumidos son los analgésicos y antiinflamatorio, “aunque también se encuentran entre los más vendidos el ácido acetil salicílico o el sintrom por la alta prevalencia de enfermedades que precisan anticoagulación”, recuerda la Dra. Aliaga. También es alta todavía la proporción de antibióticos que se consumen en España. Pese a las medidas que se establecen para reducir el consumo y la prescripción, nuestro país sigue utilizando muchos antibióticos lo que tiene un impacto directo en la resistencia y el número de fallecimientos.
Además, “hay veces que se mantienen en el tiempo tratamientos que se pautaron para un problema puntual, como pude ser el caso de las benzodiacepinas. Numerosos estudios identifican un elevado porcentaje de pacientes mayores que toman medicamentos potencialmente inadecuados para ellos”, precisa Dr. José Manuel Izquierdo Palomares jefe del Servicio de Farmacia de la Gerencia Asistencial de Atención Primaria de la Comunidad de Madrid. Otra situación de sobremedicación que señala el doctor es “la utilización de medicamentos en prevención primaria de enfermedades cardiovasculares en base a factores de riesgo aislados en vez de por el cálculo del riego cardiovascular global”.
“Aproximadamente, el 15% de las incidencias identificadas por los farmacéuticos de atención primaria en las revisiones de tratamiento son medicamentos sin indicación clara”, precisa el Dr. José Manuel Izquierdo Palomares. Y en general son las mujeres las que toman más medicación que los hombres. El problema de la sobremedicación, es decir, de tomar medicamentos cuando estos son innecesario, es que puede conllevar riesgos para la seguridad de los pacientes.
“Aproximadamente, el 15% de las incidencias identificadas por los farmacéuticos de atención primaria en las revisiones de tratamiento son medicamentos sin indicación clara”
Algunos de estos problemas son “interacciones medicamentosas, sobredosificación o infradosificación y efectos secundarios que se podrían evitar si el fármaco no está indicado para el paciente que lo utiliza, entre otros”, señala la Dra. Aliaga. También puede provocar problemas de adherencia a los tratamientos “o falta de confianza en los mismos al no obtener los resultados deseados”, añade.
¿CÓMO FRENAR LA SOBREMEDICACIÓN?
La falta de control en el uso de la medicación actualmente se ve agravada por la sobrecarga asistencial de los especialistas de Atención Primaria. Los procesos de revisión, conciliación y desprescripción de la medicación son claves para evitar que un paciente este recibiendo un tratamiento innecesario. “Por otro lado, para prevenir la aparición de enfermedades o sus descompensaciones, deberíamos incrementar el peso de las recomendaciones de hábitos de vida saludable, en el que enfermería tiene un papel relevante”, manifiesta el Dr. Izquierdo.
Estos procedimientos multidisciplinares que requieren tiempo, coordinación y una adecuada comunicación con los pacientes y entre los profesionales sanitarios de los distintos niveles asistenciales. “La situación de precariedad de la Atención Primaria en este momento dificulta la realización de estos procedimientos con la frecuencia y los medios necesarios”, denuncia la Dra. Laura Aliaga.
Por el momento, actualmente se cuenta con, por ejemplo, “la receta electrónica y los módulos de prescripción actuales permiten controlar mejor la dosis y el tiempo de vigencia de las prescripciones”, celebra la Dra. Aliaga, aunque se lamenta que no permita “una adecuada comunicación con las farmacias comunitarias, esto permitiría un mayor control y detección de posibles efectos secundarios”. También se cuenta actualmente con controles para renovar recetas como las de los opiodes, protocolos de deshabituación y formación específica como en el caso de las benzodiacepinas y formar al paciente en su tratamiento. “Se trabaja mucho en este ámbito para evitar los problemas que están surgiendo en otros países de nuestro entorno”, concluye la doctora.