Varias han sido las recomendaciones realizadas por la AIReF, recogidas en la segunda parte del estudio ‘Spending Review’ sobre gasto público. Entre ellas, destaca las relativas al sistema de copago que actualmente funciona en España tras hallar que se está produciendo desigualdad en el acceso a los medicamentos.
Desde el punto de vista de la equidad, esta institución ha observado que “el actual modelo de copago penaliza a los trabajadores activos de bajos ingresos, frente a los pensionistas de ingresos similares”. Asimismo, estipula que “es desigual en el tratamiento de las personas especialmente vulnerables, como los perceptores de rentas mínimas de inserción”.
Este organismo propone que se elimine la diferenciación entre activos y pensionistas así como aumentar el número de tramos de aportación por niveles de renta
Por su parte, atendiendo a la eficiencia, este organismo independiente subraya que “los topes de aportación mensuales pueden fomentar comportamientos estratégicos con coste para el Sistema Nacional de Salud”. Por todo ello, la AIReF plantea que se modifique el actual sistema “con mejoras en las condiciones de compra para la parte de la población activa con menos ingresos y dificultades para acceder a los medicamentos”.
REDEFINICIÓN DE UN NUEVO MODELO
La Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal, dirigida por José Luis Escrivá, estima oportuno que se redefina el modelo de copago en la prestación farmacéutica en España, introduciendo mejoras desde el punto de vista de la equidad, la eficiencia y ambos aspectos en conjunto.
La AIReF plantea que se establezcan "porcentajes de copago según la efectividad y la adherencia de los tratamientos"
Con respecto a la equidad, esta institución propone acciones como “eliminar la diferenciación entre activos y pensionistas, aumentar el número de tramos de aportación por niveles de renta” o “revisar las exenciones a personas con Rentas Mínimas de Inserción (RMI)”. En materia de equidad y eficiencia, cree oportuno “establecer tratamientos gratuitos o casi-gratuitos con un ratio coste-efectividad socialmente aceptable para pacientes crónicos y para grupos vulnerables” y también crear “límites máximos anuales de copago”.
Finalmente, plantea medidas concretas en materia de eficiencia como “establecer porcentajes de copago según la efectividad de los tratamientos y según la adherencia al tratamiento”, así como estudiar la posibilidad de implementar un sistema de copago evitable “por el que el paciente pagaría la diferencia entre el precio del principio activo hasta el importe de financiación y el precio de venta al público del medicamento que retire en la farmacia”.