La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que, cada año, alrededor de 600 millones de personas (uno de cada 10 habitantes del planeta) enferman debido a la ingesta de alimentos contaminados. Un importante problema de salud pública que se traduce en más de 420.000 muertes anuales, siendo los niños menores de cinco años los que soportan un 40% de la carga atribuible a las enfermedades de transmisión alimentaria que provocan en este grupo etario más de 125.000 fallecimientos cada año.
La preocupante fotografía que nos muestran estos datos deja claro que la inocuidad de los alimentos, la nutrición y la seguridad alimentaria se encuentran indisolublemente relacionadas, ya que los alimentos insalubres generan un círculo vicioso de enfermedad y malnutrición que afecta de forma muy grave a los grupos más vulnerables.
Las enfermedades transmitidas por los alimentos ejercen una presión excesiva sobre los sistemas sanitarios, obstaculizan el desarrollo económico y social y perjudican actividades fundamentales para las economías como el turismo o el comercio, especialmente en los países de medios y bajos ingresos.
La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA, por sus siglas en inglés) es la responsable en el viejo continente de ofrecer asesoramiento científico independiente sobre los riesgos relacionados con los alimentos, tanto los ya existentes como los emergentes. El pasado 1 de julio anunciaba el nuevo Consejo de Administración en contexto internacional en el que la seguridad alimentaria y la seguridad de los alimentos se encuentran interrelacionadas.
Cada vez son más los países que orientan sus políticas sanitarias hacia un enfoque One Health en el que la salud humana, animal y el medio ambiente se entienden como un todo, y sentar así las bases con las que la humanidad poder hacer frente a los retos se plantean como el cambio climático o el aumento de las enfermedades infecciosas.
Un escenario en el la colaboración es fundamental, tal y como ha quedado patente con la pandemia provocada por el SARS-CoV-2. En este sentido el trabajo conjunto de la EFSA y todos los Estados miembros de la Unión Europea se erige como fundamental a la hora de garantizar la seguridad alimentaria en un contexto en el que las enfermedades transmitidas por los alimentos aumentan su prevalencia debido a factores como el cambio climático o la contaminación, entre otros.
La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria es la responsable en el viejo continente de ofrecer asesoramiento científico independiente sobre los riesgos relacionados con los alimentos, tanto los ya existentes como los emergentes
El apoyo que los Estados miembros de la UE proporcionan a la EFSA a través del Foro Consultivo, de los centros de referencia y de las redes científicas es fundamental para el funcionamiento eficaz del sistema de seguridad alimentaria de la UE. Con la aplicación del Reglamento sobre la transparencia, el Consejo de Administración de la EFSA contará con representantes de los Estados miembros, así como de los intereses de la sociedad civil y de la cadena alimentaria y de las instituciones de la UE.
TRABAJO CONJUNTO PARA GARANTIZAR LA SEGURIDAD ALIMENTARIA
El Consejo de Administración es el órgano rector de la EFSA y vela por que la Autoridad desempeñe su misión y actúe de conformidad con el marco jurídico de la UE. No tiene ninguna influencia en el trabajo científico independiente realizado por la EFSA.
Desde julio de 2022, la Junta Directiva de la EFSA incluye a representantes de los Estados miembros, el Parlamento Europeo, la Comisión Europea y de los intereses de la sociedad civil y de la cadena alimentaria, así como de los países de la Asociación Europea de Libre Comercio (AELC).
Entre sus principales tareas, destacan:
- Adopta el programa de trabajo anual y plurianual de la EFSA, el informe anual de actividades y el presupuesto.
- Elabora la lista de organizaciones competentes que pueden asistir a la EFSA en su misión.
- Nombra a los miembros del Comité Científico y de las comisiones técnicas científicas, así como al director ejecutivo de la EFSA.
El Foro Consultivo reúne a la EFSA y a los Estados miembros para intercambiar información y conocimientos relativos a la evaluación del riesgo asociado a los alimentos en Europa. El Foro asesora al director ejecutivo de la EFSA sobre el programa de trabajo de la EFSA y la priorización de las solicitudes de asesoramiento científico. Recibe el apoyo de los centros de referencia.
El trabajo conjunto de la EFSA y todos los Estados miembros de la Unión Europea se erige como fundamental a la hora de garantizar la seguridad alimentaria en un contexto en el que las enfermedades transmitidas por los alimentos aumentan su prevalencia debido a factores como el cambio climático o la contaminación
Cuenta con representantes de las autoridades nacionales de seguridad alimentaria de los Estados miembros, Islandia y Noruega, así como observadores de Suiza, los países candidatos a la adhesión a la UE y la Comisión Europea.
Entre sus principales tareas, destacan:
- Promueve la colaboración y evita la duplicación de esfuerzos. Aborda opiniones científicas divergentes.
- Identifica y describe los riesgos emergentes.
- Los centros de referencia actúan como centros de enlace para el intercambio de información, la creación de redes y la participación.
Las redes científicas de la EFSA están compuestas por organizaciones nacionales que colaboran con la EFSA en ámbitos específicos como la recogida de datos, los riesgos emergentes, el control de los residuos de plaguicidas y la comunicación del riesgo.
Formadas por representantes de las organizaciones designadas en los Estados miembros con experiencia o responsabilidad en los ámbitos cubiertos por cada red.
Entre sus principales tareas, destacan:
- Facilitan un marco de cooperación científica mediante la coordinación de actividades. Intercambian información.
- Elaboran y ejecutan proyectos conjuntos.
- Intercambiar conocimientos especializados y las mejores prácticas.
- Coordinan actividades de comunicación del riesgo.