El envejecimiento poblacional, los movimientos migratorios, la cronicidad de las enfermedades y la constante evolución de los avances tecnológicos y científicos son algunos de los grandes retos de nuestra sociedad. Estas tendencias implican una redistribución de los recursos de la Administración para sostener el derecho básico de la población: la protección de la salud (artículo 43 de la Constitución española); por ello, se hace necesario abordar el problema desde un punto de vista global que haga posible el desarrollo armónico de una asistencia sanitaria y sociosanitaria acordes con la realidad y necesidades de nuestra sociedad.
"Nuestro sistema sanitario está mostrando algunos signos de agotamiento, por ello considero que es necesario un pacto de Estado inclusivo que permita acometer reformas estructurales teniendo en cuenta indicadores de eficiencia, calidad asistencial y seguridad, accesibilidad, resolución asistencial y satisfacción, entre otros, para garantizar el futuro de una sanidad que dé respuesta a las necesidades de la población en un marco donde haya una concepción y utilización estratégica de todos los recursos disponibles independientemente de la titularidad que los ostente; es decir estableciendo objetivos y planes de actuación sinérgicos que busquen hacer lo más adecuado en cada caso y de la forma más eficiente posible. En esta línea, es importante tener en cuenta que la aportación del sector privado supone un impulso para mejorar el sistema en su conjunto, al contribuir a atajar los graves problemas de financiación y al reducir la creciente presión asistencial a través de su extensa red de centros y profesionales". Así lo ha explicado el director general del Instituto para el Desarrollo e Integración de la Sanidad (Fundación IDIS), Manuel Vilches, durante la conferencia magistral 'Presente y futuro de nuestro sistema sanitario. Retos a abordar' que ha impartido en el Colegio Oficial de Médicos de Sevilla, convocada por Fundación Ginemed en el marco de las conferencias de divulgación científica que organiza periódicamente.
"La aportación del sector privado supone un impulso para mejorar el sistema en su conjunto, al contribuir a atajar los graves problemas de financiación y al reducir la creciente presión asistencial"
Para mejorar en los indicadores que establecen el lugar que cada país ocupa en el ranking de los más avanzados en materia de salud y sanidad, la nueva realidad social y económica requiere una reforma global de nuestro sistema sanitario en la que deben colaborar todos los agentes implicados tanto del sector público como del privado una vez que la suma de todos aporta valor a la sanidad.
Aunque hay muchos puntos que nos acercan a Europa es importante resaltar que existen abundantes aspectos de mejora en materia de sanidad, salud y bienestar. El sistema sanitario español se enmarca en el modelo asistencial Beveridge, con carácter universal y financiado con impuestos, que es completamente diferente al modelo Bismark, en el que existe un modelo basado en servicios sociales cuya financiación recae en las empresas y los trabajadores.
Dentro de este contexto organizativo, tal y como explica el director general de la Fundación IDIS, "en España contamos con 17 comunidades autónomas con sistemas de salud diferentes y todos ellos con retos por delante de financiación, acceso, equidad y cohesión en mayor o menor cuantía, que deberían suponer individual y colectivamente elementos de especial atención y mejora en aras a una atención que cumpla con todos los principios y criterios que determina la Ley General de Sanidad y las normas que la complementan".
Para que se pueda llevar a cabo una batería imprescindible de mejoras, la Fundación IDIS plantea como prioridades, de cara a proyectar nuestro sistema hacia el futuro con sostenibilidad y solvencia, el hacer lo adecuado en cada momento, fijándonos en la experiencia de aquellos países que ocupan las primeras posiciones en los ranking internacionales; establecer criterios de eficiencia en la gestión y en las actuaciones derivadas; priorizar las prestaciones dentro del catálogo que las compendia; generar una bolsa única para sanidad y dependencia con una base de financiación finalista para afrontar los retos de la cronicidad y el envejecimiento
"El profesional y el paciente en base a su experiencia deben ser el centro de todas nuestras atenciones presentes y futuras contando con la colaboración e involucración de todas las partes implicadas e interesadas"
Además es imprescindible impulsar de una forma decidida la colaboración entre los sectores público y privado aprovechando estratégicamente todos los recursos disponibles en beneficio del paciente para evitar duplicidades, redundancias e ineficiencias, garantizar la gobernanza del sistema y la estabilidad de las instituciones sanitarias, corresponsabilizar al ciudadano en la gestión participativa de su propia salud, trabajando en el fomento de la educación sanitaria, generar cambios estructurales en la provisión (estrategias de cuidados intermedios, más centros de media y larga estancia) y diseñar e implantar un abordaje íntegro de la cronicidad.
"Dentro de este panorama de cambio de modelo no exento de incertidumbres, el profesional y el paciente en base a su experiencia deben ser el centro de todas nuestras atenciones presentes y futuras contando con la colaboración e involucración de todas las partes implicadas e interesadas, de tal forma que los profesionales tengan una actualización constante de sus conocimientos, estén dotados y al corriente de los avances científicos más determinantes, y los pacientes se encuentren debidamente informados e implicados en todo lo que atañe a su proceso para que de esta forma puedan ejercer su derecho a elegir libremente centro, servicio y profesional, todo ello con conocimiento de causa, ejerciendo una decisión responsable y sustentada en datos objetivos, en definitiva obteniendo el espacio que se merecen en un sistema sanitario en el cual ellos son los auténticos protagonistas", concluye Manuel Vilches.