Hoy en día ya no hay debate sobre la importancia de que el modelo de atención sanitaria debe estar centrado en el paciente y sus necesidades y orientado a la obtención de los mejores resultados sanitarios y de salud posibles con objetivos de calidad integral y seguridad. Sobre esa premisa se ha desarrollado la última reunión del año del Comité de Innovación de la Fundación Instituto para el Desarrollo e Integración de la Sanidad (Fundación IDIS), en la que Mª Amparo Valladares, directora de Acceso de Oncología en MSD España, y Cristina Ibarrola, especialista en Medicina Familiar y Comunitaria, ex Gerente del Servicio Navarro de Salud y Parlamentaria Foral de Navarra, han puesto sobre la mesa la importancia de los indicadores de resultados en salud para mejorar la calidad asistencial en los pacientes oncológicos.
El cáncer afecta a decenas de millones de personas y a sus seres queridos, aunque los nuevos avances han permitido contar con tratamientos que suponen mejoras en la supervivencia y calidad de vida de los pacientes, con mayor seguridad y eficiencia. En este sentido, es clave el aprovechamiento de la información que ofrecen los resultados del día a día a través de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) para mejorar la atención sanitaria y evaluar resultados que ayuden a mejorar la eficiencia en el abordaje del paciente oncológico y, por ende, a asegurar la sostenibilidad del sistema sanitario, ya que muchas veces estos avances implican altos costes presupuestarios.
Durante la sesión se ha resaltado la importancia de realizar una gestión del cáncer sobre la medición de los resultados en salud que son relevantes para los pacientes, y con una visión holística de la patología, considerando el conjunto de los recursos invertidos a lo largo de toda la enfermedad del paciente
Por ello, durante la sesión se ha resaltado la importancia de realizar una gestión del cáncer sobre la medición de los resultados en salud que son relevantes para los pacientes, y con una visión holística de la patología, considerando el conjunto de los recursos invertidos a lo largo de toda la enfermedad del paciente. En esta línea, la Dra. Ibarrola ha mencionado ONCOEVALUA, una iniciativa de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM) y los grupos cooperativos GEPC, GEICAM, TTD y SOLTI realizada con la colaboración de MSD que ha buscado estandarizar indicadores de medida de resultados de salud en Oncología, integrando datos de práctica clínica de pacientes de cáncer colorrectal, mama y pulmón, en estadio metastásico, que permita desarrollar un cuadro de mando de aplicación en estrategias de gestión sanitaria.
Este proyecto evalúa, a modo de ejemplo, los resultados sanitarios y de salud, la seguridad, la efectividad, los condicionantes (en lo que implica el Comité de tumores, biomarcadores y tratamiento personalizado), el ámbito económico (estancia media, coste hospitalario/tratamiento) o los componentes de contexto. Tal y como la Dra. Ibarrola también ha puesto de manifiesto, es necesario realizar una evaluación integrada de las intervenciones sanitarias que contemple una dimensión clínica (analizando la efectividad, seguridad y calidad), una dimensión económica (estudiando costes no sanitarios, TICs, farmacias o uso de servicios sanitarios, entre otros) y una dimensión humanística que tenga en cuenta la perspectiva de paciente, persona cuidadora, los profesionales sanitarios o su nivel de satisfacción o preferencias. Asimismo, han hecho mención al programa de autoevaluación de equipos de atención multidisciplinar en cáncer (AEMAC), desarrollado por el Institut d’Investigació Biomédica de Bellvitge (IDIBELL), la Universidad Miguel Hernández de Elche (UMH) y MSD que permite que cualquier equipo multidisciplinar en cáncer puede autoevaluarse.
Hoy en día no se entiende una estrategia asistencial sin contar con la opinión de quien es candidato a recibirla. Por ese motivo, Ángel de Benito y Marta Villanueva, secretario general y directora general de la Fundación IDIS, respectivamente, coincidieron en señalar la relevancia de la iniciativa una vez que tiene en cuenta no solo la faceta asistencial y periasistencial, sino además la satisfacción del paciente y su entorno mediante un ejercicio de personalización asistencial y en un ejercicio de corresponsabilidad en la gestión de su propia salud en estrecha relación con el profesional sanitario que le atiende; por ello, todo avance que se produzca en esta línea de actuación es clave y redundará, sin duda, en la consecución de los mejores resultados de salud en términos cuantitativos y cualitativos.