Con la era digital se ha sufrido un cambio social y de modelo que ha hecho pasar de una medicina en la que el paciente atendía los consejos de su médico, a la medicina basada en la evidencia y, posteriormente a una medicina en la que los pacientes demandan más información e interacción por parte de los especialistas (medicina colaborativa).
Internet, la ciencia de los datos en sus diferentes formas, las herramientas de comunicación digital, la tecnología 3D, el machine learning, la robótica, el diagnóstico por imagen y sus derivadas entre otras son algunas tecnologías que han provocado muchos cambios en el sistema sanitario y que están representando un papel fundamental en los últimos años para mejorar la experiencia del paciente en sus procesos asistenciales.
Las nuevas tecnologías representan un papel fundamental para mejorar la experiencia del paciente
De hecho, cada vez son más los que recurren a procesos digitalizados para resolver dudas e interaccionar con el entorno profesional. Sin embargo, “es necesario conocer las necesidades, inquietudes y expectativas de los pacientes acerca de la incorporación de las TIC en la sanidad como usuarios de las mismas”. Así lo puesto de manifiesto Manuel Vilches, director general del Instituto para el Desarrollo e Integración de la Sanidad (Fundación IDIS) en la sesión “Las TIC y la sanidad pública y la sanidad privada”, celebrada en el marco del XXII Congreso Nacional de Informática de la Salud 2019, de la Sociedad Española de Informática de la Salud (SEIS) en Madrid.
El director general de la Fundación IDIS hizo referencia, igualmente, a las múltiples posibilidades que ofrece la tecnología para aprovecharlas en beneficio del paciente, con una colaboración real entre sectores. “Se está avanzando mucho tanto en el sector privado como en el público; todos estamos incorporando la tecnología, pero nos sigue faltando pensar en global, en que el paciente puede ser tratado indistintamente en cualquiera de los ámbitos y que, por tanto, disponga de su información clínica para compartirla allá donde sea atendido evitando, entre otras cosas, la duplicidad de pruebas que hoy existe y las redundancias en el proceso asistencial”, ha asegurado.
En el caso de la sanidad privada, la Fundación IDIS trabaja en un modelo de interoperabilidad que sitúa al paciente como actor principal, facilitándole el acceso a su información clínica y otorgándole un papel más activo en el cuidado de su salud (medicina colaborativa). Esta herramienta interoperable, denominada “Mi e-Salud”, hace posible que el paciente pueda compartir con el profesional sanitario su información de salud, sin necesidad de disponer de las pruebas clínicas en formato físico. “El objetivo es que a través de esta plataforma escalable y controlada por el paciente se pueda dar cobertura a las informaciones clínicas generadas durante el acto médico y el proceso asistencial en su conjunto”, explica el director general de IDIS.
Otro ejemplo es la receta privada electrónica, presentada el pasado 25 de febrero en el Ministerio de Sanidad. La realización de este proyecto, en coordinación necesaria con las administraciones sanitarias, parte de la necesidad de asumir las responsabilidades contempladas en el artículo 14.4 del Real Decreto 1718/2010, de 17 de diciembre, sobre receta médica y órdenes de dispensación.
Durante la mesa se debatió asimismo sobre las barreras a las que se está enfrentando el sistema sanitario para la implantación de tecnologías interoperables. Y, en este sentido, y tal como ya analizó la Fundación IDIS para desarrollar mi e-salud, se identifican barreras legales y culturales (en materia de protección de datos, por ejemplo), organizativas, económicas y operativas. En el ámbito de la interoperabilidad organizativa es donde, pudiéndose haber realizado grandes avances, los resultados son mejorables, ya que los pacientes siguen siendo objeto de pruebas innecesarias, los facultativos siguen apoyándose de forma casi exclusiva en la información disponible en su organización para la práctica clínica, y las organizaciones no facilitan una adecuada y necesaria continuidad asistencial.
Según Manuel Vilches, “hoy en día es difícil entender que un sistema sanitario no facilite a sus pacientes los avances disponibles para el mejor tratamiento y gestión de su enfermedad. Solo si tenemos en cuenta todos los beneficios que nos aporta la era digital, seremos capaces de ayudar a mejorar la accesibilidad y resultados de nuestro sistema y, por ende, a reducir la presión asistencial y financiera en la que estamos inmersos. Y, para ello, es clave que pensemos en cooperación entre sectores”, concluyó Manuel Vilches.