El ictus es una patología grave que ya representa la principal causa de discapacidad en personas adultas. En el caso de las mujeres se erige como la principal causa de muerte. Motivos por los que el tiempo que transcurre desde que se presentan los primeros síntomas hasta que se realiza el correcto tratamiento no solo resulta vital, sino que es fundamental para minimizar los posibles daños.
Es por esto por lo que ponemos el foco en el denominado como “código ictus” del Hospital Ruber Juan Bravo del Grupo Quirónsalud. Se trata de la organización a nivel de los sistemas de atención aguda del ictus con el objetivo de asegurar una actuación protocolizada y automatizada por parte de todos los profesionales que intervienen en el trato con este tipo de pacientes.
El circuito habitual del “código ictus” en este centro consta de las siguientes fases:
1. Llegada del paciente a la admisión de urgencias.
2. Triaje por parte de enfermería, toma de constantes.
3. Derivación al box del código ictus.
4. Analítica y vía periférica, electrocardiograma.
5. Valoración por médico de urgencias.
6. Llamada y valoración por neurólogo.
7. Realización de TAC craneal y angio TAC de Troncos supraaórticos.
8. Ingreso en unidad de ictus y tratamiento según indicación del neurólogo.
Con el objetivo de comprobar el correcto funcionamiento de todos los protocolos y pasos a seguir, el complejo hospitalario Ruber Juan Bravo ha realizado un simulacro ciego de “código ictus” en el que tanto el personal del servicio de urgencias como todos los profesionales implicados desconocían que el paciente que estaba sufriendo un ictus era un actor.
De acuerdo a lo establecido en el guion el actor ha fingido ser un paciente que estaba sufriendo un ictus. Para ello ha acudido al centro siendo él mismo el que proporcionaba sus datos personales y ha ido pasando por las diferentes etapas de urgencias según le indicaban los profesionales hasta acabar en la unidad de ictus.
El tiempo total de este proceso ha sido de 48 minutos
Para la realización del simulacro se ha contado con la participación de una profesional de la organización ANGELS. Esta se encontraba al corriente de todos los aspectos y ha sido la encargada de monitorizar los tiempos y descubrir la verdad en cada paso de la actuación una vez se había realizado para evitar las pruebas y tratamientos innecesarios en el actor.
El tiempo total de este proceso ha sido de 48 minutos. Sobre este resultado el doctor Jaime González-Valcárcel, coordinador de la Unidad de Ictus ha mostrado su satisfacción. “Lo realmente importante es revisar los protocolos, ajustar los tiempos y corregir todas las acciones susceptibles de mejora para ser capaces de alcanzarlos en situaciones reales”.