El cáncer se posiciona como la principal causa de muerte en el mundo. De acuerdo a los datos publicados por la Organización Mundial de la Salud (OMS), relativos a 2020, el cáncer fue el responsable de casi 10 millones de defunciones, casi una de cada seis muertes registradas a nivel global. Una cifra que ha llevado a los expertos a calificarlo como una epidemia silenciosa que durante los momentos más críticos de la crisis sanitaria generada por el SARS-CoV-2 se ha visto relegada a un segundo plano.
Las restricciones establecidas para controlar la propagación de la Covid-19 han afectado de forma significativa en términos de diagnóstico precoz a la lucha global contra el cáncer. Con la progresiva recuperación de la normalidad perdida a principios de 2020 es el momento de poner el foco en uno de los problemas que podríamos calificar como crónicos en la lucha contra el cáncer: la inversión.
La revista de The Lancet Oncology ha publicado una reciente investigación desarrollada por 50 expertos internacionales pertenecientes, entre otras, a la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres y la Comisión Europea Groundshot de Oncología de The Lancet. Este trabajo ha analizado más de 12 años de datos sobre la actividad en investigación del cáncer y, los resultados, son poco halagüeños.
La principal conclusión que se extrae de este estudio es que la inversión total en investigación del cáncer en Europa entre los años 2010 y 2019, excluyendo la inversión realizada por parte del sector privado, fue de entre 20.000 y 22.000 millones de euros. Esta cifra se traduce en alrededor de 26 euros por ciudadano. Esta cifra, por establecer una comparativa, es casi cuatro veces inferior a la registrada en Estados Unidos durante el mismo periodo de tiempo.
Objetivo 70:35, definido como una supervivencia media a 10 años del 75% de todos los pacientes con cáncer en Europa para el año 2035
El estudio pone el acento en la creciente brecha que aumenta cada vez más entre el este y el oeste del viejo continente. Los países ubicados en el oeste de Europa han duplicado desde 2009 la actividad relacionada con la investigación en cáncer, mientras que los países de Europa apenas han registrado avances significativos.
Ahondando en los resultados del estudio cabe destacar que el sesgo de género está muy marcado en la propia dinámica de la investigación sobre el cáncer. Los autores destacan que solo el 35% de los investigadores principales que encabezan un total de 22.291 proyectos de investigación en cáncer registrados en la base de datos de la Asociación Internacional de Investigación del Cáncer, eran mujeres.
El análisis también profundiza en el problema con el iniciábamos estas líneas: los casos de cáncer que no han podido ser diagnosticados durante los momentos más críticos de la pandemia. la Covid-19 provocó que muchos servicios de prevención y diagnóstico del cáncer se viesen interrumpidos y se obstaculizó su normal desarrollo, lo que se traduce en que más de 100 millones de personas no se realizaron pruebas de detección, como los cribados.
Con la vista puesta en el futuro la Comisión establece una serie de recomendaciones que deben conformar las bases del futuro de la investigación del cáncer en Europa y, en última instancia, posibilitar el alcance del objetivo 70:35, definido como una supervivencia media a 10 años del 75% de todos los pacientes con cáncer en Europa para el año 2035.
Entre las recomendaciones establecidas se incluyen duplicar la financiación que se destina a la investigación del cáncer, priorizar las regiones del continente con escasos recursos, abordar las desigualdades de género y ampliar el alcance de la agenda de investigación para abarcar más en profundidad aspectos vitales como la prevención, diagnóstico, cirugía y la vida más allá del cáncer.