La primera vacuna experimental que se probará en Estados Unidos para el tratamiento del trastorno por uso de opioides ya se está estudiando en un ensayo clínico de fase 1a/1b dirigido por investigadores del la Universidad de Columbia.
Concretamente, la vacuna experimental, desarrollada por Marco Pravetoni, profesor de farmacología y medicina en la Facultad de Medicina de la Universidad de Minnesota, está diseñada para evitar que la oxicodona ingrese al cerebro donde causa una sensación de euforia y puede afectar al cerebro, incluso causar la muerte si un usuario toma una sobredosis.
Casi 50.000 estadounidenses murieron por sobredosis relacionadas con opioides en 2019, y nuevos datos de los CDC sugieren que las muertes por sobredosis de drogas aumentaron a un nivel récord de 87.000 en 2020 durante la pandemia de Covid, impulsadas principalmente por el fentanilo y otros opioides sintéticos.
DISEÑADA PARA EVITAR QUE LA OXICODONA INGRESE AL CEREBRO
La vacuna está diseñada para generar anticuerpos contra la oxicodona, un opioide recetado comúnmente abusado.
Los animales que recibieron la vacuna redujeron la autoadministración del fármaco y se protegieron de la toxicidad y los signos de sobredosis, como la depresión respiratoria
Si una persona toma oxicodona después de la vacunación, los anticuerpos se adhieren al medicamento y evitan que cruce la barrera hematoencefálica. Dado que el opioide no llega al cerebro, el usuario no se coloca. La vacuna también puede proteger contra la muerte por sobredosis debida a depresión respiratoria, que ocurre cuando la oxicodona actúa centralmente en el cerebro.
En estudios preclínicos, los animales que recibieron la vacuna redujeron la autoadministración del fármaco y se protegieron de la toxicidad y los signos de sobredosis, como la depresión respiratoria.
Debido a que la vacuna se dirige específicamente a la oxicodona, no interfiere con otros medicamentos a base de opioides para tratar el trastorno por consumo de opioides o con naloxona, un medicamento que se usa para resucitar a los pacientes que han sufrido una sobredosis.
ENSAYO CLÍNICO
El ensayo está inscribiendo voluntarios que son usuarios de opioides pero que no reciben tratamiento con medicamentos para combatir el trastorno por consumo de opioides. A un grupo de voluntarios del ensayo se le dará un placebo, y otros dos grupos recibirán una dosis baja o alta de la vacuna activa.
El objetivo principal del ensayo es determinar si la vacuna es bien tolerada y segura, pero los investigadores también buscarán determinar si la vacuna produce suficientes anticuerpos y puede prevenir la euforia cuando los voluntarios reciben oxicodona.
De este modo, durante el ensayo de la vacuna, los voluntarios serán monitoreados de cerca por un equipo de médicos durante varias semanas en una unidad de pacientes hospitalizados para buscar eventos adversos y determinar su respuesta a la oxicodona después de la vacunación. Luego, los investigadores estudiarán el comportamiento de uso de drogas de los participantes de forma ambulatoria.
Paralelamente a las actividades en Columbia, los investigadores de la Universidad de Minnesota están realizando un monitoreo farmacocinético e inmunológico en muestras de sangre de los participantes para comprender mejor cómo funciona la vacuna. También esperan identificar biomarcadores que puedan predecir la eficacia de la vacuna.
El estudio se está probando con hasta 24 voluntarios. Si la vacuna resulta segura y muestra una eficacia potencial, el ensayo se ampliará a 45 voluntarios. Además, la vacuna de oxicodona deberá probarse en ensayos de fase 2 y fase 3 para determinar su eficacia.
Debido a que la estructura química de los diferentes opioides, incluidos la oxicodona, la heroína y el fentanilo, varía según el fármaco, se necesitan diferentes vacunas para cada opioide. Por ello, los equipos de Columbia y la Universidad de Minnesota están trabajando para desarrollar vacunas similares contra la heroína y el fentanilo.