El IVA sanitario tiene un papel crucial en el sector de la salud y su gestión, ya que tiene un impacto claro en la accesibilidad y calidad de los servicios. Medidas como la reducción del IVA podrían facilitar el acceso a tecnologías sanitarias esenciales; liberar fondos que podrían destinarse a acometer necesarias inversiones en tecnología; potenciar la industria de fabricación de material sanitario y mejorar la investigación y desarrollo de medicamentos.
En diciembre del 2021 el Consejo de Asuntos Económicos y Financieros de la Unión Europea (ECOFIN), se detuvo en este asunto y aprobó una reforma de la Directiva del IVA. Esta medida permitió por primera vez a los Gobiernos nacionales fijar tipos de IVA reducidos y cero a determinados productos y servicios que se consideran que satisfacen necesidades básicas, sin el requisito de contar con autorización de Bruselas.
En el caso de España estas reformas han pasado inadvertidas. La Directiva europea parece no haber calado en el país. En la actualidad, el IVA general, es decir, el 21%, es aplicable a aproximadamente el 70% de los productos del sector, entre ellos, un importante segmento como es el del equipamiento hospitalario.
Desde la Federación Española de Empresas de Tecnología Sanitaria han defendido en numerosas ocasiones que estos productos son de primera necesidad, y que, por lo tanto, deberían tener un tipo de IVA reducido
Por otro lado, el IVA reducido, que disminuye hasta el 10%, sólo se aplica en situaciones concretas, como en los implantes quirúrgicos, las prótesis u órtesis; productos destinados a enfermos crónicos como dispositivos para el autocontrol de la diabetes o de la coagulación sanguínea; los sistemas de infusión de morfina y medicamentos oncológicos; las bolsas de recogida de orina o los absorbentes de incontinencia.
El IVA ‘Super reducido’, del 4%, sólo se aplica en España a los productos destinados a personas con discapacidad; y el IVA 0%, se dirige a las terapias respiratorias domiciliarias por ser un servicio prestado por personal sanitario.
Dentro de los bienes susceptibles de contar con un IVA reducido, la normativa europea menciona expresamente a los productos sanitarios como “equipos, aparatos, dispositivos y artículos médicos, así como al material auxiliar y los equipos de protección”. Precisamente, desde la Federación Española de Empresas de Tecnología Sanitaria (Fenin) han defendido en numerosas ocasiones que estos productos son de primera necesidad, y que, por lo tanto, deberían tener un tipo de IVA reducido. Sin embargo, en España no lo han considerado así y actualmente se les aplica el IVA más alto, un 21%.
“El actual Gobierno tiene una fantástica oportunidad para demostrar su apuesta por la sanidad pública y facilitar un acceso más barato a la tecnología sanitaria para las rentas más bajas”, apuntaba a ConSalud.es el secretario general de Fenin, Pablo Crespo.
BENEFICIO EN EL SISTEMA, EL PACIENTE Y LAS EMPRESAS
La reducción del IVA sanitario de estos productos en otros países europeos ha demostrado que tiene consecuencias muy positivas, como puede ser maximizar las capacidades de compra de los servicios de salud de las CC.AA para que puedan acometer las necesarias inversiones y continuar dando solución al actual nivel de obsolescencia tecnológica de los hospitales en España. Medidas que conllevarían una mejora en los resultados tanto de salud como de eficiencia de los procesos asistenciales.
La reducción del IVA no sólo beneficiaría al sistema, también tendría un gran impacto en una mayor accesibilidad de los pacientes a las tecnologías sanitarias, especialmente para las personas con menores recursos económicos. Un acceso más barato a productos y tecnologías destinadas a mejorar la salud.
Además, el tercer pilar beneficiado por una reducción del IVA es el mercado tecnológico de la salud. Al reducir el coste de los productos sanitarios, las empresas del sector podrían aumentar sus ventas y, por lo tanto, sus beneficios. Generando un aumento en los ingresos que permitiría incrementar sus presupuestos destinados a la investigación y a la búsqueda de tratamientos.
CANARIAS COMO PIONERA
El Gobierno de Canarias, a través de la reciente Ley 7/2023, redujo la semana pasada el Impuesto General Indirecto Canario (IGIC) de los productos sanitarios de manera generalizada. Una decisión que desde Fenin han apuntado que no solo mejoraría la accesibilidad a estos productos por pacientes y profesionales sanitarios, sino que permitiría un ahorro de más de 1.000 millones de euros al conjunto de servicios de salud.
Además, desde la Federación han aprovechado esta decisión para animar al Gobierno a que aproveche las oportunidades que abre la nueva legislación europea y reduzca el IVA de todos los productos sanitarios.