Hace más de medio siglo, pero después de centenares de años, se desarrolló un tratamiento que por primera vez daba respuesta efectiva a las crisis respiratorias asociadas a patologías como el asma o la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC). Salbutamol, comerciado como Ventolin, se convirtió en el inhalador de rescate por excelencia, y uno de los fármacos esenciales para estos pacientes.
Han pasado 55 años desde que en 1969 saliera al mercado y hoy sigue siendo para la Organización Mundial de la Salud un fármaco básico, recogido en la Lista Modelo de Medicamentos Esenciales de la OMS. No en vano, además de lo recogido en distintos ensayos clínicos, la práctica y uso de este tratamiento para los pacientes han demostrado su eficacia y seguridad para aliviar de manera inmediata los síntomas agudos de la enfermedad.
Ventolin es un inhalador de rescate, es decir, para el uso en caso de broncoespasmo
Aproximadamente 35 millones de personas en el mundo utilizan este tratamiento cuya acción de inicio rápido permite abrir los bronquios y las vías respiratorias para que entre el aire. De esta forma, alivia las exacerbaciones en asma y EPOC, y previene el deterioro, la hospitalización y la mortalidad. Resulta ser un tratamiento esencial para las crisis que, junto con un fármaco de mantenimiento, permite el control de estas patologías.
¿QUÉ ES UN INHALADOR DE RESCATE?
Es importante en este punto tener en cuenta que el tratamiento farmacológico de un paciente con una enfermedad respiratoria crónica está compuesto por distintos tratamientos y que existen dos tipos de inhaladores, los de rescate y los de mantenimiento. Como se ha señalado, Ventolin es un inhalador de rescate, es decir, para el uso en caso de broncoespasmo.
Como otros tratamientos de acción de inicio rápido, actúa casi inmediatamente y alivia la dificultad para respirar, las sibilancias y la tos, algo que consigue al relajar los músculos de los pulmones para que las vías respiratorias se puedan abrir y el aire pueda entrar y salir sin problemas. Estos inhaladores solo se pueden usar en caso de emergencias, pues un uso excesivo puede provocar una mayor tolerancia al medicamento y, por tanto, una menor eficacia y distintos efectos secundarios.
Los inhaladores de rescate solo se pueden usar en caso de emergencias
Por otro lado, los de mantenimiento actúan reduciendo la inflamación. A diferencia de los inhaladores de rescate, se usan de manera rutinaria, generalmente una o dos veces al día, incluso cuando el paciente no tiene ningún síntoma. Actualmente existen diferentes tecnologías que consiguen controlar al paciente con tomas únicas diarias y en dispositivos que no necesitan coordinar pulsación con inhalación.
El uso responsable y correcto del tratamiento asegura el control de la enfermedad y una mejor calidad de vida del paciente. De esta forma, los pacientes tienen respuesta inmediata a los momentos de crisis respiratorias y disminuyen la frecuencia y gravedad de las exacerbaciones asmáticas con los inhaladores de rescate, mientras mantienen controlada en el día a día la enfermedad con los de mantenimiento. Una situación que es importante recordar teniendo en cuenta que, como señalan los expertos, se estima que el 60% de los pacientes con asma no tienen controlada la patología.