El uso nocivo del alcohol es un factor causal en más de 200 enfermedades y trastornos. De acuerdo con los datos publicados por la Organización Mundial de la Salud (OMS) cada año se producen tres millones de muertes en todo el mundo debido al consumo nocivo de alcohol, lo que representa el 5,3% de todas las defunciones.
El 5,1% de la carga mundial de morbilidad y lesiones es atribuible al consumo de alcohol. Además, más allá de las consecuencias para la salud, el consumo nocivo de alcohol conlleva importantes pérdidas sociales y económicas tanto para las personas como para las sociedades. La OMS informa además de que el consumo nocivo de alcohol provoca defunción y discapacidad en edad temprana: entre las personas de 20 a 39 años, aproximadamente el 13,5% del total de muertes son atribuibles al alcohol.
El consumo nocivo de alcohol se erige como una importante preocupación en términos de salud pública. Motivo por el que se ha posicionado como uno de los puntos clave de la agenda del 72ª Comité Regional para Europa de la OMS. Un punto de encuentro en el que los 53 Estados miembros han dado luz verde al denominado como “Marco Europeo de Acción sobre el Alcohol 2022-2025”.
Este nuevo marco refuerza la implementación del “Programa de Trabajo Europeo 2020-2025”, que incluye la meta de una reducción relativa del 10% en el consumo de alcohol per cápita para 2025. Este marco está alineado y contribuye a la realización del Plan de Acción Global (2022-2030) que tiene como objetivo implementar de forma efectiva una estrategia global que permita reducir el uso nocivo del alcohol posicionándolo como una prioridad de salud pública.
El marco respalda además la consecución de las metas establecidas en la Agenda 2030 (3.4 y 3.5) de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, y el Plan de Acción para la Prevención y el Control de las Enfermedades No Transmisibles en la Región Europea de la OMS (2016-2025).
Se priorizan seis áreas para alcanzar los objetivos propuestos:
- Fijación de precios del alcohol
La OMS señala que se cuenta con evidencia que refleja los vínculos entre la asequibilidad del alcohol, su precio y el daño que produce su consumo. Se propone el aumento de los impuestos especiales sobre las bebidas alcohólicas como una medida económica. Una medida que debería estar vigente en todos los países con tasas arancelarias más elevadas.
Entre las medidas propuestas destacan también las restricciones en el contenido y volumen de las comunicaciones comerciales limitando los mensajes o la asociación con celebridades y/o personas influyentes, así como la prohibición de todas las comunicaciones en televisión, radio, cine y patrocinios deportivos
Se pide una regulación de precios para los productos alcohólicos más baratos que suelen ser los más consumidos por los bebedores habituales. “Para mantener su eficacia las políticas de precios deben estar vinculadas a la inflación y el ajuste regular es necesario para que la asequibilidad del alcohol no aumente con el tiempo”.
El documento pide un diálogo intersectorial y una planificación sobre la fijación de los precios del alcohol con todos los departamentos de gobierno, incluyendo ministerios como Salud y Economía.
Además se establece como necesario el intercambio transnacional e intersectorial de información y seguimiento para planificar la colaboración en relación con las políticas de precios y el comercio transfronterizo.
- Disponibilidad del alcohol
“Una mayor disponibilidad de alcohol se asocia con mayores niveles de consumo y daños”, por lo que reducir su disponibilidad contribuirá a reducir la carga de las enfermedades no transmisibles con las que se asocia el consumo nocivo de alcohol.
Entre las medidas propuestas para alcanzar esta meta encontramos el reconocimiento del derecho de las comunidades a tener espacios libres de alcohol, restricciones en el número/densidad de puntos de venta, regulación más estricta sobre el consumo de alcohol en espacios públicos, establecer restricciones más férreas a la edad mínima para la venta de alcohol, consideración de la restricción de venta de alcohol en los entornos de eventos deportivos y/o culturales o la provisión de puntos de venta de alcohol operados por el Estado.
- Comercialización de bebidas alcohólicas
Existe una fuerte asociación entre los niveles de exposición a la comercialización del alcohol y los impactos en los niveles de consumo. “El marketing digital presenta nuevos riesgos y retos. Existe evidencia de que cuanto más completas sean las regulaciones y restricciones sobre la comercialización, más fácil será asegurar la claridad en la comunicación e interpretación de su intención legal, así como monitorizar y hacer cumplir las regulaciones”.
Razón por la que se planea la creación de grupos de trabajo multisectoriales para hallar las mejores formas para prevenir y reducir los riesgos de los daños asociados con la comercialización del alcohol, tanto en contextos tradicionales como digitales.
Entre las medidas propuestas destacan también las restricciones en el contenido y volumen de las comunicaciones comerciales limitando los mensajes o la asociación con celebridades y/o personas influyentes, así como la prohibición de todas las comunicaciones en televisión, radio, cine y patrocinios deportivos.
“Para mantener su eficacia las políticas de precios deben estar vinculadas a la inflación y el ajuste regular es necesario para que la asequibilidad del alcohol no aumente con el tiempo”
Cabe destacar además la consideración de nuevos sistemas impositivos, incluidos los impuestos sobre el comercio electrónico y la garantía de que el alcohol y las actividades de marketing no son deducibles de los impuestos.
- Información sobre los riesgos que implica para la salud en el etiquetado de las bebidas alcohólicas
La OMS considera que la conciencia pública sobre la gama de daños asociada al consumo de alcohol es baja. Motivo por el que se fija como prioridad establecer requisitos legales de etiquetado cumpliendo con las directrices de la OMS incluyendo información nutricional, ingredientes y advertencias sanitarias.
Se solicita que se tenga en consideración el principio del “derecho a saber” que legalmente tienen los consumidores en relación con el contenido de las bebidas alcohólicas y los riesgos relacionado.
- Respuesta de los servicios de salud
Los trastornos por consumo de alcohol deben ser considerados, principalmente, como problemas de salud que coexisten e interactúan con otras condiciones de salud. Los servicios de salud deben ser holísticos, aprender de la experiencia de los pacientes e incluir a sus familias en todo el proceso.
Entre las acciones propuestas en este punto destacan las concertadas para reducir el estigma social y la discriminación que impiden a las personas acceder a los servicios de apoyo, ampliar las intervenciones en la Atención Primaria y una provisión adecuada de tratamiento psicosocial y tratamientos farmacológicos.
- Acción comunitaria
Entre las medidas propuestas destacan la sensibilización sobre los daños relacionados con el consumo del alcohol, estrategias dirigidas a reducir su consumo entre los más jóvenes y programas escolares, comunitarios y entornos laborales basados en la evidencia que incluyan un enfoque en la reducción del estigma y la discriminación.