Medicamentos esenciales: ¿qué son y cuáles son las claves para su producción en España?

Los medicamentos esenciales son aquéllos que un país considera necesarios para atender las necesidades básicas de la población.

Nuevo método de formulación de fármacos que permite cargar una dosis más potente
20 enero 2021 | 16:35 h

Los medicamentos esenciales son aquéllos que un país considera necesarios para atender las necesidades básicas de la población. Son fármacos estratégicos, porque su disponibilidad es crítica para garantizar la atención médica de los pacientes, especialmente durante crisis sanitarias, cuando un incremento repentino de demanda mundial o cierres de fronteras pueden poner en riesgo el suministro.

La mayoría de ellos son medicamentos veteranos, con muchos años en el mercado y ya sin protección de patente, pero que siguen siendo los indicados para combatir ciertos síntomas o enfermedades.

Afortunadamente, la industria farmacéutica tiene una sólida posición en España y, resistiendo al fenómeno de deslocalización que se ha registrado en otros sectores, mantiene un amplio tejido productivo.

Esto ha sido clave tanto para acelerar la producción en nuestro país, con planes de contingencia que permitieron incrementar la capacidad de las plantas e incluso reorientar líneas de producción, como para asegurar que no se rompiera la cadena de importación de otros países.

Desde la industria farmacéutica existe una plena voluntad de colaboración con la Administración para lograr una mayor fabricación en España de medicamentos estratégicos 

En todo caso, las lecciones aprendidas aconsejan reforzar las capacidades estratégicas de producción de medicamentos esenciales.

82 PLANTAS DE PRODUCCIÓN DE MEDICAMENTOS

La industria farmacéutica cuenta en nuestro país con 82 plantas de producción de medicamentos de uso humano que cumplen los más elevados estándares -las denominadas normas de correcta fabricación- que aseguran la calidad y la consistencia en la producción de los fármacos.

Estas plantas están preparadas y acondicionadas para fabricar prácticamente todas las formas farmacéuticas, desde formulaciones orales, inyectables o colirios -que imponen condiciones de esterilidad- a medicamentos tan extraordinariamente potentes que requieren trabajar en una atmósfera confinada o que obligan a producir a bajas temperaturas.

En España, se fabrican sólo algunos de los medicamentos esenciales; la mayor parte de ellos se producen hoy en países asiáticos como China o India. Desde hace tiempo ya, Europa ha ido perdiendo la producción de muchos principios activos y también de muchos de estos medicamentos en favor de esos países. Esta realidad se ha constatado con preocupación durante la pandemia de la Covid-19, y se ha planteado la pregunta de si esa dependencia de países lejanos puede ser excesiva en un ámbito tan delicado como el del medicamento.

La Unión Europea -y también el resto de economías occidentales- ha perdido mucho potencial en la fabricación de medicamentos, porque algunos países asiáticos, con costes de producción más bajos y condiciones de implantación menos exigentes, han monopolizado buena parte de esta producción. Especialmente, esta pérdida de fabricación se ha producido en determinados principios activos y sobre todo en los medicamentos veteranos o maduros, es decir, aquellos que llevan muchos años en el mercado, por lo que han perdido su patente y sus precios están sometidos por las administraciones sanitarias a revisiones a la baja.

La pandemia ha puesto en evidencia el valor de estos medicamentos y la necesidad de reforzar la fabricación europea y nacional de productos estratégicos y con ello garantizar su abastecimiento. Pero ningún país es autosuficiente en medicamentos. No se trata de ir contra las reglas del mercado global ni de intentar una autonomía total, que no es posible ni deseable, sino de analizar -y paliar en la medida que corresponda- si la dependencia tanto nacional como europea del exterior es excesiva en un ámbito tan crítico para el cuidado de la salud.

AUMENTAR LA PRODUCCIÓN

España, con sus plantas productivas de medicamentos, tiene base para aumentar esta producción y existen compañías dispuestas a apostar por este segmento. Recuperar parte de la producción de estos principios activos y medicamentos estratégicos reforzaría el tejido productivo nacional, lo que implica empleo y exportación, y nos protegeríamos mejor ante futuras crisis.

Desde la industria farmacéutica existe una plena voluntad de colaboración con la Administración para lograr una mayor fabricación en España de medicamentos estratégicos a través de un marco reglamentario que anime a las empresas a ampliar o reorientar parte de su producción hacia este tipo de actividad.

La coyuntura actual parece la idónea para avanzar en la producción estratégica de medicamentos esenciales que satisfagan las necesidades del Sistema Nacional de Salud, de manera que las plantas de producción en España puedan evolucionar también hacia lo que se ha demostrado que necesita el sistema sanitario. Los fondos europeos de recuperación económica pueden contribuir también a ese fin.

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