Los medicamentos de alto riesgo se han convertido en un problema global a todos los niveles. Entendemos que estos medicamentos son aquellos que presentan un elevado riesgo de llegar a causar daños graves o incluso mortales cuando se produce un error en el transcurso de su utilización. Debido a esto, los medicamentos designados "de alto riesgo" son objetivo prioritario de las recomendaciones, estrategias o campañas de mejora de la seguridad desarrolladas por autoridades sanitarias y organismos expertos en seguridad del paciente.
Para hacer frente a este problema se elaboró un documento donde se enumeran los diferentes medicamentos de alto riesgo dirigido a mejorar el conocimiento sobre la seguridad clínica en la utilización de estos disponiendo a su vez de unas recomendaciones actualizadas para prevenir y gestionar con seguridad los inconvenientes en los centros sanitarios y sociosanitarios relacionados con estos fármacos, en consonancia con las indicaciones del tercer reto de la OMS, donde recomienda que cada país a su vez elabore su propia lista de medicamentos de alto riesgo.
Uno de los medicamentos listados por su peligrosidad si no se utilizan de manera correcta es la insulina
Uno de los medicamentos listados por su peligrosidad si no se utilizan de manera correcta es la insulina, un medicamento esencial para el tratamiento de la diabetes, pero también se clasifica como uno de alto riesgo debido a los posibles daños graves o mortales que puede causar si se utiliza incorrectamente. En la entrevista con la Dra. María José Picón, médico especialista en Endocrinología y Nutrición en el Hospital Universitario Virgen de la Victoria y vicepresidenta primera de la Sociedad Española de Diabetes, se abordaron varias temáticas relacionados con el uso de la insulina como medicamento de alto riesgo.
Como medicamento de alto riesgo la cautela debe ser prioritaria, sin embargo hay casos donde se cometen errores ¿Cuáles son los errores más comunes al administrar insulina y sus consecuencias?
El error más habitual que observamos en la práctica clínica es una mala técnica de inyección que implica reutilizar incorrectamente las agujas de inyección de insulina, que son de un solo uso. Esto puede causar dolor en el punto de inserción y la aparición de lipodistrofias en la piel.
Otros errores relativamente frecuentes están relacionados con el método de conservación. Es decir, la insulina requiere refrigeración, pero una vez iniciado su uso, los dispositivos de inyección pueden permanecer fuera del frigorífico por un máximo de 28 días a una temperatura ambiente no superior a 25 grados. Es esencial ser escrupuloso con la conservación adecuada para evitar el deterioro del medicamento sin que el paciente lo detecte.
¿Cuáles son los riesgos asociados con la falta de seguimiento adecuado de las dosis prescritas de insulina?
Es difícil determinar con precisión si el paciente está recibiendo la dosis prescrita debido a las fluctuaciones en los requerimientos de insulina a lo largo del día y las actividades diarias. Los olvidos de dosis de insulina no son infrecuentes en la vida diaria de los pacientes. Estos pequeños errores pueden afectar al control glucémico y desencadenar complicaciones tanto hipoglucémicas como hiperglucémicas.
Como especialista en Endocrinología y Nutrición ¿Qué impacto puede tener el uso inapropiado de la insulina en el control de los niveles de glucosa en sangre?
El uso inapropiado de la insulina puede dar lugar a situaciones extremas, como dosis excesivas con hipoglucemias severas o dosis insuficientes con hiperglucemias mantenidas que llevan a descompensaciones graves. En muchos casos, es una serie de pequeños errores cotidianos los que afectan al control glucémico y, a largo plazo, pueden causar complicaciones crónicas de la diabetes en órganos como la retina, el riñón y el sistema nervioso.
¿Cuáles son las medidas preventivas que se pueden tomar para evitar los errores en la administración de insulina y minimizar sus consecuencias?
La mejor medida es siempre la prevención. Al prescribir insulina por primera vez, es crucial implementar un proceso educativo que informe adecuadamente al paciente sobre cómo usar y conservar el medicamento, las zonas de inyección, la técnica de inyección y la detección de posibles hipoglucemias. Proporcionar información estructurada y chequear regularmente el conocimiento del paciente en la administración de insulina es esencial para evitar errores a largo plazo.
La educación ya no solo de los profesionales, sino también de los pacientes ha resultado crucial en otros ámbitos médicos ¿Qué papel juega la educación y el apoyo del paciente en la prevención de errores relacionados con la insulina?
La educación es fundamental en el tratamiento de la diabetes. Enseñar al paciente el manejo adecuado de la insulina, un medicamento esencial y peligroso si se usa incorrectamente, debe ser una prioridad absoluta en el manejo de los pacientes diabéticos. La información proporcionada por los profesionales de la salud es un pilar esencial para garantizar un uso seguro y adecuado de la insulina a lo largo de la vida del paciente.
¿Cuál es la responsabilidad de los profesionales de la salud en garantizar un uso seguro y adecuado de la insulina por parte de los pacientes en cuanto a dosis y administración?
Los profesionales de la salud deben proporcionar información adecuada al inicio del tratamiento, pero también deben revisar de forma cíclica la educación diabetológica para asegurarse de que los pacientes no cometan errores en la técnica de inyección de insulina. Es sorprendente ver a pacientes que usan insulina durante décadas cometer errores importantes en la administración del medicamento debido a la falta de seguimiento adecuado.
Para evitar los riesgos asociados con el mal uso de la insulina ¿Existen recomendaciones específicas o pautas que los pacientes con diabetes deben seguir?
Sí, existen recomendaciones específicas que deben ser estructuradas y adaptadas a cada caso individual. Estas recomendaciones incluyen aspectos como la correcta conservación de la insulina, la técnica adecuada de inyección, la visualización y contaje de la dosis, y el manejo de posibles hipoglucemias. La educación y el seguimiento continuo por parte del profesional de la salud son cruciales para asegurar un uso seguro y adecuado de la insulina en el tratamiento de la diabetes.
"La educación y el seguimiento continuo por parte del profesional de la salud son cruciales para asegurar un uso seguro"
Podemos concluir que el uso seguro y adecuado de la insulina es ya no solo necesario, sino esencial para el correcto y óptimo control de los niveles de glucosa en sangre para evitar complicaciones graves asociadas con el mal uso de este medicamento de alto riesgo.
De esta manera, con la educación y el apoyo del paciente junto con la responsabilidad de los profesionales de la salud que garanticen una administración adecuada, se vuelven fundamentales para lograr el éxito en el tratamiento y la prevención de errores relacionados con este medicamento de alto riesgo en la gestión de la diabetes.