La pandemia de Covid-19 puso de manifiesto, entre otras muchas carencias, la importancia de garantizar el suministro continuo de medicamentos esenciales. Muchos países vieron como dependían de terceros y de su importación de fármacos. Una situación que generó, principalmente, una gran escasez, pero también un aumento de los precios y demostró la vulnerabilidad de los sistemas de salud.
Años después, y parece que con la lección aprendida, la Unión Europea (UE) está considerando la posibilidad de crear una Ley de Medicamentos Esenciales. En este sentido, la Comisión Europea (CE) ha puesto en marcha este año la ‘Alianza de Medicamentos Esenciales’ con el objetivo de diversificar la producción de este tipo de productos en la UE y así reducir la dependencia de otros países y garantizar un suministro estable.
En esta misma línea, la presidenta de la CE, recientemente reelegida, Úrsula von der Leyen, propuso dos nuevas leyes que buscan transformar la industria farmacéutica en la UE. La primera de ellas se centra en la competitividad de las empresas farmacéuticas para la mejora del funcionamiento del sistema; una idea parecida a la de la Ley de Medicamentos Críticos, que trata de reducir la dependencia del viejo continente de otros países, especialmente de Asia, para la producción de ingredientes farmacéuticos activos (API) y medicamentos.
Años después de la pandemia de Covid-19 y parece que con la lección aprendida, la Unión Europea está considerando la posibilidad de crear una Ley de Medicamentos Esenciales
Este anuncio de la presidenta se basa en la propuesta de ley de diciembre de 2023 del Comité Económico y Social Europeo (CESE), un órgano consultivo de la UE, que ya había advertido sobre los riesgos de la excesiva dependencia de de los API y los medicamentos importados de Asia, siendo China el mayor proveedor a nivel mundial. Desde el CESE expresaron su gran preocupación por las posibles interrupciones de la cadena de suministro, la volatilidad de los precios y los posibles riesgos geopolíticos.
Aunque la propuesta de esta Ley de Medicamentos Críticos ha sido presentada por la CE, el proceso legislativo en la UE es complejo y requiere de múltiples etapas. Se estima que el proceso de elaboración de la ley final podría tomar entre 12 y 18 meses antes de tener una versión preliminar, y, además, no está claro si habrá otra Ley de medicamentos esenciales o se incluirán dentro de esta misma.
Continuando con las medidas para tratar de revertir este problema que afronta la UE, desde el Grupo de Dirección Ejecutiva sobre Escasez y Seguridad de Medicamentos de la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) publicó el pasado 19 de abril una serie de recomendaciones para reforzar las cadenas de suministro de medicamentos esenciales. Entre estas se incluyen el seguimiento de las previsiones de suministro, el fomento de la diversificación de proveedores por parte de las compañías farmacéuticas y el almacenamiento de medicamentos.
CADUCIDAD DE LOS CERTIFICADOS GMP (UN PROBLEMA MÁS)
Si no era suficiente con los problemas de suministro actuales, la UE se ve amenazada también por la caducidad de los certificados GMP (Good Manufacturing Practices) chinos debido a la disminución de las inspecciones europeas. Este panorama refleja, de nuevo, la creciente dependencia de China en la producción farmacéutica y las tensiones geopolíticas que están poniendo en riesgo la seguridad sanitaria de muchos países.
Esta situación surge principalmente por la nueva ley de espionaje en China, que ha provocado que los países europeos hayan reducido significativamente sus inspecciones a las plantas farmacéuticas chinas
Más concretamente, al no renovarse los certificados de buenas prácticas de fabricación, muchos medicamentos producidos en China podrían dejar de comercializarse en Europa. Esto podría generar una escasez de medicamentos y, por lo tanto, poner en riesgo la salud de los pacientes. Esta situación surge principalmente por la nueva ley de espionaje en China, que ha provocado que los países europeos hayan reducido significativamente sus inspecciones a las plantas farmacéuticas chinas y, como consecuencia, no se pueda garantizar que los medicamentos cumplan con los estándares de calidad y seguridad.
Una razón más para que los países de la UE tomen medidas para reducir la dependencia y fortalezcan sus propias capacidades de producción farmacéutica, sobre todo, las de los medicamentos esenciales y críticos. Esto implica fomentar la investigación y desarrollo, apoyar a las empresas farmacéuticas locales y establecer acuerdos de cooperación con otros países para desarrollar leyes.