La Responsabilidad Social Corporativa es uno de los temas más importantes para las empresas a día de hoy; sin embargo, dentro de esta nueva ‘preocupación’ empresarial, existen muchas y muy diversas formas de comprometerse con la sociedad.
Uno de los aspectos más importantes dentro de este ejercicio de responsabilidad con la sociedad es la transparencia, algo que desde hace unos años se ha convertido en pilar para muchas y gran olvidada para otras…
De este modo, en la industria farmacéutica, la patronal Farmaindustria promueve desde hace tres años el Código de Buenas Prácticas, al que se han adherido numerosas empresas del sector y, mediante el cual, dichas compañías asumen el reto y la responsabilidad de publicar todas las colaboraciones que mantienen con los distintos agentes del sector.
En concreto, durante 2017, la industria farmacéutica en España ha invertido más de 251 millones de euros en contratos con organizaciones y profesionales sanitarios para desarrollar proyectos de investigación en el ámbito biomédico. También se han destinado 115 millones de euros en ayudas a profesionales sanitarios, para su asistencia a reuniones y congresos científico-profesionales; mientras que las organizaciones sanitarias responsables de este tipo de encuentros han contado con un apoyo de 90,5 millones.
Se entiende que la relación entre la industria y las sociedades médicas es crucial para el I+D
Y es que, al igual que se entiende que la relación entre la industria farmacéutica y las organizaciones y profesionales es crucial para la investigación y el desarrollo del sector, debería entenderse igual de vital la relación con empresas de otros sectores.
Uno de ellos, el de la alimentación. Y es que, a pesar de ser un colectivo al que cada vez se le imponen más exigencias en materia de salud, como la reducción de azúcares, grasas saturadas, sal o aceite de palma, no tiene ninguna regulación en cuanto a RSC o transparencia.
Así, queda en manos de la buena fe de cada compañía el hacer partícipe a la sociedad de sus actividades y relaciones con terceros.
No obstante, este esfuerzo y este ejercicio de transparencia, a día de hoy, es un acto diferenciado de valor que los consumidores valoran muy positivamente, aunque debe trabajarse para la normalización de esta responsabilidad, y que la sociedad vea como ‘normal’ la publicación de las relaciones entre empresas, opinadores, sociedades científicas o profesionales de la salud.
Todavía queda mucho por hacer en transparencia dentro del sector de la alimentación, que todavía no ha incorporado este tipo de planes, aunque son compañías muy ligadas al entorno de la salud, de los profesionales sanitarios y de los pacientes. De hecho, es frecuente el patrocinio y participación de este sector en el desarrollo de actividades médicas o sanitarias.