Las vacunas salvan cada año entre dos y tres millones de vidas en todo el mundo mediante la prevención de enfermedades infecciosas. Hecho que las convierte en uno de los avances médicos más importantes. La vacunación sistemática frente a enfermedades prevenibles se erige como un eje vertebral de los esfuerzos para garantizar la salud pública y el bienestar de las personas.
Las vacunas también contribuyen de forma significativa a reducir la carga asistencial sobre los sistemas sanitarios, tal y como hemos comprobado a lo largo de los últimos años con la pandemia provocada por el SARS-CoV-2. A pesar de sus beneficios demostrados la vacunación continúa enfrentándose a importantes retos como extender su concienciación más allá de la edad pediátrica.
Vaccines Europe, asociación profesional de la industria farmacéutica innovadora en Europa que actualmente incluye a las principales empresas de vacunas innovadoras y basadas en la investigación, revela que cada año se producen 1.700 millones de vacunas en Europa, lo que representa el 76% del cómputo global. Por detrás quedan América del Norte (13%), Asia (ocho por ciento) y el resto del mundo que aglutina el tres por ciento de la producción global de sueros.
La asociación explica que 12 centros de investigación radicados en ocho países europeos se encuentran a la vanguardia de las vacunas de próxima generación. Las vacunas se producen en 11 países europeos a través de 27 centros focalizados en la producción de vacunas. La industria de las vacunas es líder en la Unión Europea en intensidad de I+D y ofrece más valor en términos de inversión que cualquier otra industria innovadora. Además contribuye sustancialmente a la economía: en 2019 la industria de las vacunas fue la responsable de 122.010 empleos directos, indirectos e inducidos.
En 2019 la industria de las vacunas fue la responsable de 122.010 empleos directos, indirectos e inducidos
La Covid-19 nos ha recordado la necesidad de esta preparados no solo ante las enfermedades que ya conocemos, sino también ante los desafíos futuros. De acuerdo con la última revisión hecha pública por Vaccines Europe sobre los proyectos en los que están trabajando sus miembros estos están desarrollando 100 candidatos a vacuna contra distintas enfermedades (datos recogidos en julio de 2022). Un dato llamativo es que el 80% de estos candidatos a vacuna se dirigen a la población adulta lo que refleja los desafíos que tenemos por delante y la necesidad de un cambio de paradigma hacia un enfoque de la vacunación a lo largo de toda la vida.
Uno de los grandes problemas a los que se enfrenta la industria europea de vacunas es el bajo nivel de inversión por parte de los Estados miembros a través de sus programas de inmunización. El referido informe critica que el presupuesto se ha mantenido plano a lo largo de los últimos cinco años, a pesar de que se cuenta con nuevas vacunas disponibles.
Los expertos recuerdan que un programa integral de inmunización de rutina puede prevenir hasta 20 enfermedades infecciosas diferentes, debilitantes y potencialmente mortales. Sin embargo el 77% de los Estados miembros de la Unión Europea destinan menos del 0,5% de su puesto sanitario a inmunización. Un porcentaje nimio que contribuye a la falta de equidad en el acceso a la vacunación en todo el viejo continente, mantiene la baja aceptación de los sueros y fomenta la renuencia a vacunarse, especialmente en grupos como los adolescentes y los adultos mayores.
Se suma la problemática histórica que suponen los tiempos de acceso al mercado. El tiempo medio de acceso de la población a las vacunas en la Unión Europea supera el umbral de los seis años en un tercio de los Veintisiete. Vaccines Europe critica además que el mecanismo de adquisición de vacunas en la mayoría de los Estados miembros “no respalda la competencia leal, el acceso oportuno a las vacunas y el suministro sostenible”.