Cuando hablamos de la inocuidad de los alimentos lo hacemos del conjunto de condiciones y medidas necesarias durante la producción, almacenamiento, distribución y preparación que tienen como objetivo asegurar que estos, una vez han sido consumidos, no representan ningún tipo de riesgo para la salud. A lo largo de los últimos años se ha avanzado de forma significativa en la sensibilización sobre este concepto desde una perspectiva que engloba toda la cadena alimentaria, ya que los problemas con la seguridad de los alimentos pueden surgir en todas las fases.
La responsabilidad final de la cadena recae en manos de los consumidores. Es responsabilidad de estos velar por aspectos como la correcta preservación y almacenamiento de los alimentos para que en el momento de su consumo no presenten ningún riesgo para su salud. Por supuesto, los consumidores deben comunicar a las autoridades sanitarias competentes cualquier tipo de falta observada en cualquiera de las etapas de la cadena.
La inocuidad de los alimentos ha sido uno de los asuntos sobre el que han puesto el foco los delegados de la 75ª Asamblea Mundial de la Salud, que han acordado actualizar la Estrategia Mundial de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para la inocuidad de los alimentos 2022-2030, con el fin de fortalecer los sistemas nacionales de inocuidad de los alimentos.
La actuación se centra en garantizar que los sistemas de inocuidad de los alimentos se modernicen, así como en el fortalecimiento de la colaboración multisectorial con miras a garantizar que todas las personas consuman alimentos seguros y saludables, reduciendo la carga de las enfermedades transmitidas por los alimentos.
En 2020 la 73ª Asamblea Mundial de la Salud adopto una resolución bautizada como “Fortalecimiento de los esfuerzos en materia de inocuidad de los alimentos”. A través de esta los Estados miembros solicitaron a la OMS la actualización de la Estrategia Mundial para la Inocuidad de los Alimentos, con el objetivo de abordar los desafíos actuales y emergentes, incorporar las nuevas tecnologías e incluir enfoques innovadores para fortalecer los sistemas de inocuidad de los alimentos. Se acordó presentar un informe con las conclusiones en la 75ª Asamblea Mundial de la Salud, recientemente clausurada.
Los niños menores de cinco años soportan el 40% de la carga de las enfermedades transmitidas por alimentos, con 125.000 muertes anuales
Como respuesta a esta solicitud, la Secretaría de la OMS ha preparado un proyecto de estrategia global para la inocuidad de los alimentos con el asesoramiento del Grupo Técnico Asesor (TAG, por sus siglas en inglés) sobre la inocuidad de los alimentos. Una iniciativa que se fundamenta en una premisa clara: alimentos más seguros para una mejor salud.
La visión principal de este proyecto se focaliza en garantizar que todas las personas, en cualquier parte del mundo, puedan consumir alimentos inocuos y saludables. Un importante paso que tiene como meta no menos importante la reducción de la carga que suponen las enfermedades transmitidas por los alimentos.
Razón por la que se establecen varias prioridades estratégicas interrelacionadas entre las que destacan la construcción de sistemas de inocuidad de los alimentos con visión de futuro, basados en la evidencia científica y en las personas y que sean rentables, desde un punto de vista de cogobernanza coordinada y a través de infraestructuras adecuadas.
600 millones de personas enferman cada año después de comer alimentos contaminados, y más de 420.000 fallecen cada año en consecuencia. Unas cifras que se traducen en la pérdida de 33 millones de años de vida saludable
De acuerdo con los datos ofrecidos por la OMS 600 millones de personas enferman cada año después de comer alimentos contaminados, y más de 420.000 fallecen cada año en consecuencia. Unas cifras que se traducen en la pérdida de 33 millones de años de vida saludable. Cada año se pierden 110.000 millones de dólares en productividad y gastos médicos como resultado de alimentos insalubres en países de ingresos medios y bajos.
Los niños menores de cinco años soportan el 40% de la carga de las enfermedades transmitidas por alimentos, con 125.000 muertes anuales. Las enfermedades transmitidas por alimentos impiden el desarrollo socioeconómico al sobrecargar los sistemas de atención de la salud y perjudicar las economías, el turismo y el comercio.
“Los gobiernos deben hacer de la inocuidad de los alimentos una prioridad de salud pública, ya que desempeñan un papel fundamental en el desarrollo de políticas y marcos normativos, así como en el establecimiento e implementación de sistemas eficaces de inocuidad de los alimentos”, expone la OMS, que alienta a los Estados miembros al desarrollo de hojas de ruta para la implementación de acciones, políticas y programas que garanticen la inocuidad de los alimentos, así como la asignación de los recursos necesarios.
La 75ª Asamblea Mundial de la Salud ha acordado además solicitar al director general de la OMS que informe sobre los progresos de este plan cada dos años hasta 2030.