El 'III Foro I+D Con vistas al futuro’, organizado por Novo Nordisk, ha puesto el foco en la búsqueda del desarrollo sostenible y el bienestar social para los próximos años. La jornada abarcó así temas relacionados con la sostenibilidad o con la innovación tecnológica, sobre todo en las posibilidades que ofrece la Inteligencia Artificial (IA) aplicada a la Salud, la cual “se tiene que ir integrando naturalmente en la sociedad” en los años venideros.
Esta es la conclusión a la que llegó una de las ponentes del Foro I+D, Idoia Sánchez, cofundadora y presidenta del Observatorio del impacto social y ético de la inteligencia artificial (OdiseIA) y experta en el observatorio de IA del Parlamento Europeo (EPAIO). “La IA también está teniendo una integración excepcionalmente útil en otros sectores como el de la automoción, las finanzas, la energía, la educación o la agricultura”, añade Roberto Menéndez, CEO digital de FUTURA VIVE y experto internacional en IA, metaversos empresariales, robótica y competencias digitales.
Los dos ponentes incidieron así en la importancia de que los profesionales sanitarios vean a la IA como un aliado, y no como un enemigo: “El problema no es tanto la tecnología, sino el uso que hacemos de ella, y eso depende de nosotros”. “El mayor enemigo es el desconocimiento”, subraya Menéndez.
“El problema no es tanto la tecnología, sino el uso que hacemos de ella, y eso depende de nosotros”
Conscientes de todo ello, Novo Nordisk -que cumple cien años al lado del paciente- explica, en palabras del subdirector general y vicepresidente corporativo de la filial española de la compañía, Rodrigo Gribble, que se han incorporado algunos proyectos de inteligencia artificial en las diferentes etapas de desarrollo del medicamento: “Llevamos cien años manteniéndonos en la vanguardia del diseño y la implementación de soluciones punteras para las personas que viven con una enfermedad crónica grave, y con la ayuda de la IA nos proponemos acortar el largo camino que recorre un medicamento desde su descubrimiento hasta llegar a los pacientes”.
Por eso, la necesidad de conocerla e incorporarla “con inteligencia” a la sanidad se antoja como un elemento clave de cara a su aplicación en el futuro. “Primero hay que analizar en qué tareas es útil hacer uso de la IA, y no incorporarla porque sea novedad”, recuerdan los expertos, reconociendo algunas malas prácticas que se han llevado a cabo recientemente, producidas, sobre todo, por la ausencia de alguien que supervisase la actividad de la IA.
“Debido a la representación mediática, la confianza del público general, a menudo, oscila entre la utopía y la distopía. En cambio, en las áreas en las que la herramienta ha demostrado ser altamente eficaz, la confianza tiende a ser alta, debido a la consistencia y la precisión demostradas”, insiste Idoia Sánchez.
SU REGULACIÓN, ELEMENTO CLAVE
Como comenta a ConSalud.es la propia Idoia Sánchez, el abanico que ofrece la Inteligencia Artificial tanto para la investigación médica como para el tratamiento de los pacientes -“que pueden acceder a una medicina más personalizada”- es enormemente amplio. “Se ha convertido en una herramienta en la que cada vez más gente confía, y en el sector farmacéutico, por ejemplo, ya se está utilizando bastante para predecir o desarrollar de una manera más rápida nuevos fármacos”, añade.
Tratamientos personalizados, predicción de posibles enfermedades que pueda tener un paciente… son solo algunas de las ventajas de esta tecnología que, insiste la experta, hay que ver como aliado y no como enemigo: “Es una herramienta de trabajo y no de sustitución del médico o del farmacéutico”. Además, “puede liberar al médico de tareas rutinarias y repetitivas, permitiendo que dediquen más tiempo a la interacción humana y a la toma de decisiones”, apunta Roberto Menéndez.
“La Inteligencia Artificial es una herramienta de trabajo y no de sustitución del médico o del farmacéutico”
Esta creciente importancia que está cobrando la IA obliga a una cada vez mayor regulación por parte de las administraciones públicas. La última actualización del Código Deontológico elaborado por el Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos, por ejemplo, sube la Inteligencia Artificial de segunda opción a objeto de regulación. A nivel europeo, materia que Idoia Sánchez conoce de primera mano, también se está trabajando a conciencia en una nueva ley pionera para avanzar en este aspecto, especialmente en todo lo relacionado con el tratamiento de datos personales.
“Las empresas u organismos públicos y privados que utilicen IA de alto riesgo -toda aquella inteligencia artificial que tenga una incidencia sobre los derechos fundamentales de las personas- tendrán que cumplir con unas determinadas medidas de seguridad. Si no, serán sancionados”, concluye Idoia Sánchez.