Según datos de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS), el consumo de benzodiacepinas en España ha experimentado un incremento significativo, pasando de una dosis diaria de 86,93 en 2019 a 93,04 por mil habitantes en 2021, que le sitúan como el país europeo con mayor consumo.
Cifras preocupantes, según los expertos, que reflejan que en 2022 el 9,7% de la población española había consumido hipnosedantes con o sin receta en los últimos 30 días, mientras que el 7,2% de la población reconocía consumir a diario estos fármacos, según datos de la encuesta EDADes. Esta situación viene marcada por una sociedad en la que se registraron 357,2 casos de trastornos mentales y del comportamiento por cada 1.000 habitantes en 2021, según recoge el informe de la Base de Datos Clínicos de Atención Primaria-BDCAP del Sistema Nacional de Salud.
“Cualquier alternativa será bienvenida, y la homeopatía es una gran opción”
El Dr. José Ignacio Torres Jiménez, especialista en Medicina Familiar y Comunitaria, explica en ConSalud.es, que tanto para los médicos como para la sociedad en su conjunto “es un dato muy preocupante”, por ello, destaca que “cualquier alternativa será bienvenida” y, en su opinión, “la homeopatía es una gran opción”.
El Dr. Torres explica que las ventajas de los medicamentos homeopáticos para tratar este tipo de trastornos pasan por equilibrar el estado de salud física y mental; sustituir o complementar a los psicofármacos; potenciar otras terapias como la psicoterapia, biblioterapia, actividad física, meditación; y personalizar el tratamiento. Además, en relación a la prevención, el doctor señala que estos medicamentos “pueden ser de gran ayuda para estabilizar y equilibrar tanto la mente como el ánimo en un terreno tan delicado”.
Ante el preocupante aumento del uso de psicofármacos para tratar estas afecciones, surgen diferentes estudios que coinciden con el Dr. Torres y demuestran que la homeopatía es una alternativa real. Como el caso del estudio coordinado por la Sociedad LA-SER, EPI 3, que, en términos generales, se centra en evaluar el lugar de los medicamentos homeopáticos en la práctica de la medicina general y su impacto en la salud pública en Francia.
Dirigido por el profesor Abenhaim, exdirector general de salud pública, y supervisado por un comité científico presidido por el profesor Bernard Begáud, EPI 3 incluye tres estudios de cohortes sobre ámbitos de la salud que presentan una parte muy significativa de las consultas en medicina general. Entre ellas, se encuentra precisamente el análisis de los trastornos de ansiedad y depresión.
Con un total de 8.559 pacientes y 825 médicos, el estudio EPI 3 evaluó parámetros como la evolución clínica, el consumo de medicamentos, reacciones adversas ante estos y la posibilidad de pérdida de oportunidad terapéutica.
Aquellos pacientes afectados de ansiedad/depresión que consultaron a médicos que integraban los medicamentos homeopáticos en su práctica clínica informaron de un menor consumo de psicofármacos y benzodiacepinas, concretamente una disminución del 71%
Una de las tres cohortes de este programa farmacoepimiológico en que ha dado lugar a 12 publicaciones en revistas internacionales fue justamente la de trastornos de sueño, ansiedad y depresión. Aquellos pacientes afectados de ansiedad/depresión que consultaron a médicos que integraban los medicamentos homeopáticos en su práctica clínica informaron de un menor consumo de psicofármacos y benzodiacepinas, concretamente una disminución del 71% de psicótropos respecto a los que consultaron médicos que solamente prescribían fármacos convencionales.
En este sentido, el especialista en Medicina Familiar y Comunitaria aclara que “son necesarios cambios profundos” en la forma de entender la sanidad y ofrecer servicios, con la idea de que “podamos evitar el consumo rápido de medicinas y de médicos, lo que se conoce como doctor-shopping”. En referencia a los psicólogos y psiquiatras, el doctor explica que, desde su experiencia, estos profesionales también están preocupados “por el incremento progresivo del uso de psicofármacos en España y el tratamiento desde una perspectiva exclusivamente biologicista y sintomática, a diferencia de la homeopatía que permite un enfoque más global del paciente”.