Ante las nuevas políticas arancelarias anunciadas por Trump, la Federación Española de Empresas de Tecnología Sanitaria (Fenin) ha manifestado su preocupación por las consecuencias que estas medidas podrían tener en el acceso de los pacientes a productos esenciales para su diagnóstico, cuidado y calidad de vida.
Fenin subraya en un comunicado que la tecnología sanitaria es un elemento clave en la atención médica y, como tal, debe quedar exenta de cualquier arancel. La aplicación de estas medidas podría afectar gravemente la seguridad de los pacientes, la continuidad asistencial y la competitividad del sector. Además, se verían impactadas las materias primas, accesorios y componentes necesarios para su fabricación y distribución.
Según la Federación, el incremento de costes derivados de los aranceles podría poner en riesgo el acceso de los pacientes a la tecnología sanitaria que necesitan, generando desigualdades y obstaculizando la eficiencia del sistema de salud.
Fenin solicita que la tecnología sanitaria quede exenta de cualquier arancel y se salvaguarde la seguridad de los pacientes, la continuidad de la atención sanitaria y la competitividad del sector, así como sus materias primas, accesorios y componentes
La preocupación de Fenin es compartida por las principales asociaciones del sector en Europa, Medtech Europe y COCIR, que han trasladado a la Comisión Europea su inquietud por los efectos adversos que los aranceles podrían tener en la cadena de suministro y distribución.
En este contexto, Fenin ha participado este jueves en la reunión convocada en La Moncloa por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, junto a otros representantes del tejido productivo, para abordar la amenaza que suponen estas políticas arancelarias. Durante el encuentro, la Federación reiteró su disposición a colaborar con el Ejecutivo, proporcionando datos sobre el impacto de estas medidas y ofreciendo su apoyo institucional para encontrar soluciones que protejan a los pacientes y al sector sanitario.
Fenin insiste en la necesidad de mantener la tecnología sanitaria fuera del alcance de los aranceles y continuar trabajando en una regulación que garantice la sostenibilidad del sistema de salud y la competitividad de la industria en España y Europa.