El valsartán, ese principio activo que contienen algunos de los medicamentos recetados para la hipertensión, ha supuesto un antes y un después en la sanidad tanto a nivel nacional como a nivel mundial.
Las masivas retiradas de medicamentos se alargaron durante meses provocando el caos no solo entre los pacientes, sino también entre los profesionales sanitarios y farmacéuticos. Estos últimos se vieron especialmente afectados en el ámbito económico, puesto que al retirar los lotes del mercado, el dinero era reembolsado a los pacientes.
Una barbacoa contiene 100 veces más de nitrosaminasas que un año de valsartán
Solo en la Comunidad de Madrid entre agosto y diciembre el número de envases retirados rondó los 10.400, una cifra que extrapolada a nivel nacional supone un máximo histórico de alertas de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (Aemps).
A pesar de la gravedad de la situación, la salud de los pacientes nunca llegó a correr un peligro real. La presencia de ‘N-nitrosaminas’ era mínima por lo que la probabilidad real de cáncer no era importante. Óscar López Moreno, vocal de titulares de oficinas de farmacia del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Madrid (COFM), explicó a ConSalud.es que en “una sola barbacoa se consumen 100 veces más de nitrosaminasas que en lo que se ha tomado en todo un año de valsartán”.
Si la presencia de esta sustancia no supuso un riesgo real para la salud, las masivas retiradas tampoco. En realidad, los pacientes siempre tuvieron a su disposición alternativas seguras ya que no fue un problema de seguridad sino de calidad en la fabricación relacionado con una empresa en concreto, la compañía china Zhejiang Huahai.
Aquellos laboratorios que tuvieron un proveedor diferente pudieron seguir vendiendo medicamentos de forma segura. En la mayoría de los casos se trató de fármacos genéricos.