La pandemia provocada por el SARS-CoV-2 ha puesto de relieve la necesidad de reforzar el tejido industrial europeo y sus capacidades para hacer frente a futuras crisis sanitarias, reduciendo la dependencia de terceros países. La Covid-19 ha situado la salud en el centro de todas las decisiones como pilar fundamental de nuestras sociedades y economías enfatizando en la urgencia en materia de innovación en campos como el diagnóstico y las terapias.
Con esta fotografía de fondo la ministra de Industria, Comercio y Turismo, Reyes Maroto, ha firmado este jueves 3 de marzo la participación de España en el Proyecto Importante de Interés Común Europeo (IPCEI) de salud, tal y como informan desde El Español. Hasta la fecha, un total de 14 países se han adherido a este acuerdo que se encuentra abierto a la incorporación de más países.
Este plan se ha dividido en dos partes. Una primera en la que se focaliza en las tecnologías y procesos de producción innovadores y sostenibles para medicamentos, apoyo a la I+D+i en campos como la resistencia antimicrobiana o las enfermedades raras y el desarrollo de terapias celulares y génicas. La segunda parte de este plan se centrará en la digitalización de la salud, el MedTech y los dispositivos médicos.
El Gobierno de España ya se encuentra trabajando en estos puntos a través del Proyecto Estratégico para la Recuperación y Transformación Económicas (PERTE) “Salud de Vanguardia”. Este plan se refiere al desarrollo de procedimientos innovadores para mejorar la prevención, diagnóstico, tratamiento o rehabilitación de los pacientes de forma personalizada. La finalidad es realizar una transformación del sector salud con acciones en las que la ciencia, la innovación y la digitalización vayan de la mano para afrontar los nuevos retos sanitarios. En total, se prevé una inversión del sector público y privado de 1.469 millones de euros en el periodo 2021 y 2023.
La finalidad es realizar una transformación del sector salud con acciones en las que la ciencia, la innovación y la digitalización vayan de la mano para afrontar los nuevos retos sanitarios
El pasado 30 de noviembre el Consejo de Ministros daba luz verde a este proyecto en el que se contemplan algunas de las líneas recogidas en el referido gran acuerdo europeo al que ahora se ha sumado nuestro país.
El PERTE para la salud de vanguardia tiene cuatro objetivos específicos:
- Posicionar España como país líder en la innovación y desarrollo de terapias avanzadas orientadas a la curación de enfermedades como la diabetes, las enfermedades neurodegenerativas, o el ELA, entre otras.
- Impulsar la puesta en marcha de medicina personalizada de precisión de forma equitativa, favoreciendo el desarrollo y la creación de empresas competitivas basadas en la generación de conocimiento para impulsar este campo de la medicina.
- Desarrollar un Sistema Nacional de Salud digital, con una base de datos integrada que permita la recogida, el tratamiento, el análisis y la explotación de los datos procedentes de las distintas fuentes para mejorar la prevención, el diagnóstico, el tratamiento, la rehabilitación y la investigación.
- Potenciar la atención sanitaria primaria a través de la transformación digital, con la aplicación de tecnología avanzada para todas las actividades que impliquen relación con la ciudadanía y la gestión de los recursos en cualquier punto del país y en todos los ámbitos asistenciales, en condiciones de ciberseguridad.
El PERTE incluye, por ejemplo, acuerdos con las comunidades autónomas en el marco de la Estrategia de Salud Digital del Sistema Nacional de Salud, para impulsar la transformación digital de la asistencia sanitaria en atención primaria y comunitaria. También otras acciones como la financiación de proyectos de investigación clínica orientados al desarrollo de medicamentos en el ámbito académico o apoyo a proyectos de innovación industrial y sostenibilidad en el sector farmacéutico y de productos sanitarios.
Este es el tercero de los proyectos estratégicos del Plan de Recuperación Transformación y Resiliencia que ha sido anunciado.