Las empresas del sector salud y la industria farmacéutica son cada vez más conscientes de la necesidad de proteger el medio ambiente, una parte fundamental cuando hablamos de la salud de las personas.
La eficiencia energética y los procesos de descarbonización son un reto que necesita de una rápida solución. ¿Cómo está encarando la industria farmacéutica este proceso de transformación?
El proceso de descarbonización es algo ya imparable para toda la industria en general. El horizonte 2030 está a la vuelta de la esquina y Europa ya ha adquirido el compromiso de reducir las emisiones en un 60%. Si queremos alcanzar ese objetivo debemos reducir las emisiones a un ritmo de un 8% anual. Todo un reto como sociedad y en especial para la industria. En el sector farmacéutico hay que tener presente que bajo el paraguas de industria farmacéutica entran compañías de gran tamaño, multinacionales, fabricantes desde APIs hasta formulación y envasado final, muchas de ellas ya están avanzado en sus planes de transición energética.
Mientras, en el otro extremo, podemos encontrar compañías de tamaño mucho más pequeño y, por ende, más centradas en campos muy concretos de investigación y desarrollo y producciones mucho más cortas. Obviamente la demanda de energía de unas y otras es muy diferente, cada actor tiene sus tiempos y procesos, pero la reducción de emisiones impacta igualmente en toda la cadena de valor de una industria, sea esta grande o pequeña. La clave en estos momentos es tener visión a largo plazo.
Esta transformación necesita de una importante inversión. ¿Qué riesgos hay si la pequeña y mediana industria farmacéutica no se adapta a los cambios?
Posiblemente, y al hilo de lo mencionado anteriormente, creo que el riesgo más importante sería la reputación social. Aunque tampoco es desdeñable la posibilidad de que surjan penalizaciones a aquellos que se “olviden de trabajar” en el camino de estos cambios. Los gobiernos están trabajando en nuevos marcos regulatorios que van a penalizar a quienes no hayan hecho los deberes. Un riesgo añadido a otro muy relevante que puede marcar el futuro de una organización: la financiación. En los mercados financieros asistimos a un profundo cambio, hay un cambio de mentalidad en los inversores y una apuesta clara por una economía verde. De no emprender el camino de la descarbonización muchas de estas pequeñas compañías pueden encontrarse con un problema grave de acceso a financiación para poder llevar a cabo sus procesos de crecimiento.
El sector farmacéutico y biotecnológico en España lo forman principalmente pequeñas y medianas empresas. ¿Son estas las que pueden tener mayores problemas de adaptación a esta nueva realidad?
No tiene por qué, si son capaces de trabajar en un escenario de crecimiento adaptado a este nuevo escenario. En Tresca Ingeniería estamos diseñando nuevos complejos industriales más eficientes en recursos y con menor impacto ambiental, fabricas que son más inteligentes y que aprenden por sí mismas a optimizar procesos y por lo tanto a consumir menos energía.
"De no emprender el camino de la descarbonización muchas de estas pequeñas compañías pueden encontrarse con un problema grave de acceso a financiación para poder llevar a cabo sus procesos de crecimiento"
Nuestra experiencia con este tipo de compañías es que comienzan como laboratorio de I+D y según desarrollan un proceso y su producto, necesitan ir creciendo en sus instalaciones, es aquí donde podemos aportar valor, acompañando a estas pequeñas y medianas empresas, muy punteras en conocimiento y referentes en un área concreta, en su crecimiento industrial.
En base a lo expuesto, ¿cuáles son las principales diferencias ante este escenario entre España y el resto de países europeos? ¿Estamos en desventaja?
Creo que ninguna, el tejido industrial español, al menos en lo que se refiere a la industria farmacéutica está, como mínimo, al mismo nivel que en cualquier otro país europeo. Esta es una carrera global, en la que Europa ha puesto sobre la mesa un cronograma y unas líneas de ayuda para que nadie parta en desventaja. Lo que si es cierto es que en España partimos en una posición privilegiada en la investigación aplicada de nuevas fuentes de energía como el hidrógeno verde, el amoniaco, o las energías renovables, en Tresca llevamos años trabajando en su aplicación industrial para reducir la dependencia del sistema eléctrico.
En España muchos fabricantes lo hacen para terceros. ¿La reducción de la huella de carbono va a ser obligatoria para toda la cadena de valor de un medicamento?
Por supuesto que sí. La huella de carbono es intrínseca a un proceso industrial y su consumo energético. Va a ser un KPI crítico y su reducción va a ser exigible a todos los actores en la fabricación de un fármaco, a todos los proveedores. Por eso es importante que los fabricantes de principios activos, los centros de investigación, o las plantas envasadoras a terceros, tomen conciencia de que el proceso de descarbonización también es una tarea propia.
¿La pandemia ha sido un catalizador de esta transformación? ¿El proceso se ha acelerado?
No lo creo, al menos directamente, el proceso ya se había iniciado antes de la pandemia. Lo que si es cierto es que la Unión Europea ha decidido aprovechar los planes de recuperación para impulsar la transición energética y la economía verde.
"En Tresca Ingeniería estamos diseñando nuevos complejos industriales más eficientes en recursos y con menor impacto ambiental, fabricas que son más inteligentes y que aprenden por sí mismas a optimizar procesos y por lo tanto a consumir menos energía"
El Gobierno español ha anunciado que el 40,29% de los 70.000 millones de euros de los fondos que llegarán de la UE entre 2021 y 2023 se destinarán a la recuperación verde, falta saber cuántos de ellos servirán para acelerar la descarbonización en la industria y si se transformarán en ayudas específicas. Nosotros estaremos muy atentos para poder colaborar con la industria farmacéutica en este desafío.
Otro reto es la digitalización. ¿La tecnología puede ayudar también en este proceso de transformación de la industria?
Las nuevas tecnologías son una herramienta en todo este proceso transformador de la industria Farmacéutica. Los procesos de digitalización ayudan a mejorar los procesos, a hacerlos más eficientes, a tener un mayor control de la calidad de la producción, a mejorar el mantenimiento de las instalaciones, a mejorar la coordinación con la cadena de suministro. La pandemia nos ha enseñado que las plantas industriales del sector farmacéutico son un activo clave como país.
La implantación de tecnologías como el internet de las cosas nos permitirá predecir fallos en las máquinas, esto permitirá a los ingenieros actuar de forma anticipativa y no correctiva, en el mantenimiento de las instalaciones. El Big Data nos ayuda a obtener datos que nos permiten tomar las mejores decisiones en momentos clave y tener un mayor control de la producción, la implantación de la inteligencia artificial dará utilidad a esos datos y nos permitirá mejorar la organización de los procesos industriales, optimizando el uso de energía y recursos.
En Tresca también trabajamos en la implantación de la tecnología analítica de procesos, PAT por sus siglas en inglés. Una tecnología que permite medir la calidad y los atributos de rendimiento críticos de la molécula clave del medicamento durante la producción continua, solucionando uno de los grandes retos del sector: la obtención de un producto final fiable que no pierda cualidades.Un marco para el desarrollo, la fabricación y la garantía de calidad de productos farmacéuticos innovadores, según una “Guidance de FDA”.
Se habla de industria inteligente. ¿A qué nos estamos refiriendo?
Al resultado de la introducción sistemática de cualquiera de las tecnologías anteriormente mencionadas. Hablamos de fabricación aditiva, robótica colaborativa, herramientas de planificación de la producción, visión artificial, realidad virtual, gamificación, simulación de procesos, inteligencia operacional, internet de las cosas y las denominadas KET, por su acrónimo inglés (Key Enabling Technologies). La industria inteligente es más exigente, anticipativa, flexible y todo gracias a la rápida interpretación del dato. Esto ayuda a que las decisiones se tomen de forma más rápida y eficiente.