El diagnóstico de la enfermedad ha aumentado debido al incremento del sedentarismo y de la obesidad
En el periodo de estudio se han comercializado nuevas insulinas: insulina glargina (2003), insulina asparta e insulina Lispro Protamina –bifásica (2004), insulina detemir (2005), e insulina glulisina (2007). Además,se han comercializado nuevos antidiabéticos orales como sitagliptina y vildagliptina (2008), exenatida (2009), liraglutida (2011), linagliptina (2012) o lixisenatida (2013), dapagliflozina (2013) y otros en combinaciones a dosis fijas: metformina-vildagliptina y metformina-pioglitazona (2008), o metformina-sitagliptina (2009), glimepirida-pioglitazona (2010) saxagliptina-metformina (2012) y linagliptina-metformina- (2013).Por otra parte han cesado su comercialización o han sido retirados del mercado los antidiabéticos orales tolbutamida (2002), buformina (2004), clorpropamida (2011) y rosiglitazona (2010) y la insulina humana prolongada (2006) y la insulina inhalada (2008).
El patrón de consumo de los antidiabéticos orales ha cambiado durante el periodo de estudio, de un uso mayoritario de sulfonilureas al principio de la década de 2000, se ha pasado a un consumo más repartido entre los diferentes subgrupos de antidiabéticos orales. Así las sulfonilureas incrementaron su consumo desde el 2000 (26,3 DHD) hasta el 2003 (29,1 DHD), sin embargo a partir de ese año se produjo un cambio de tendencia y su consumo se ha reducido en más del doble (12,3 DHD en 2014). Por el contrario las biguanidas incrementaron su consumo a partir de ese año. Dado que buformina cesó su comercialización en 2004, el aumento del consumo de biguanidas se debe exclusivamente al aumento del consumo de metformina (monofármaco).
Según este informe de la Aemps, el aumento del sedentarismo de la población junto con el incremento de la obesidad en España, con una prevalencia de casi el 23% en 2010, así como el aumento de la esperanza de vida y los cambios en los criterios de diagnóstico de la diabetes, podrían explicar que el diagnóstico de esta enfermedad se haya incrementado notablemente.
De hecho, la prevalencia en adultos mayores de 20 años ha pasado de un 5,3% en 2001 a un 10,6% en 2014. Además, según otros estudios la prevalencia de la diabetes podría ser mayor que la declarada (13,8 %), ya que se estima que existe un 6% de casos con la enfermedad no diagnosticada.
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