La Organización Mundial de la Salud (OMS) define los determinantes sociales de la salud como “los factores no médicos que influyen en los resultados de la salud”. Se trata de condiciones en las que las personas nacen, crecen, trabajan, viven y envejecen, así como al conjunto más amplio de fuerzas y sistemas que dan forma a las condiciones de vida diarias. Entre estas fuerzas y sistemas encontramos las políticas y sistemas económicos, las agendas de desarrollo, las normas y políticas sociales y los sistemas políticos por los que se rigen.
Los determinantes sociales de la salud tienen una importante influencia en las inequidades de la salud, es decir, en las diferencias injustas y evitables en el estado de salud que se observan tanto dentro de los países como entre unas naciones y otras. La pandemia provocada por el SARS-CoV-2 nos ha recordado a todos que la salud es un pilar fundamental de nuestras sociedades y economías. Independientemente del nivel de ingresos de un país tanto la salud como la enfermedad se mueven por un gradiente económico. Cuanto más baja es la posición socioeconómica de una persona o grupo poblacional, peor será su estado de salud.
La OMS cuenta con una lista en la que incluye los principales ejemplos de determinantes sociales de salud y que pueden influir en la equidad de la salud tanto de forma positiva como negativa:
- Renta y protección social.
- Educación.
- Desempleo y precariedad laboral.
- Condiciones de la vida laboral.
- inseguridad alimentaria.
- Vivienda, servicios básicos y medio ambiente.
- El desarrollo de la primera infancia.
- Inclusión social y no discriminación.
- Conflicto estructural.
- Acceso a servicios de salud asequibles y de calidad digna.
“Las investigaciones muestran que los determinantes sociales pueden ser más importantes que la atención médica o las opciones de estilo de vida a la hora de influir en la salud”, advierte la OMS, citando varios estudios que concluyen que los determinantes sociales de la salud representan entre el 30-55% de los resultados de salud. “Además, las estimaciones muestran que la contribución de los sectores fuera de la salud a los resultados de salud de la población supera la contribución del sector de la salud”.
Cuanto más baja es la posición socioeconómica de una persona o grupo poblacional, peor será su estado de salud
La OMS también pone el foco en el papel de los denominados como determinantes comerciales de la salud. Se trata de “las condiciones, acciones y omisiones de los actores corporativos que afectan a la salud”. Estos surgen en el contexto de la provisión de bienes o servicios de pago y que pueden tener impactos positivos o negativos para la salud.
Entre los principales factores que influyen a través del desarrollo económico o las políticas comerciales, la OMS destaca:
- Nivel de ingresos.
- Oportunidades educativas.
- Ocupación, situación laboral y seguridad en el lugar de trabajo.
- Inseguridad alimentaria e inaccesibilidad a opciones de alimentos nutritivos.
- Acceso a vivienda y servicios públicos.
- Mayor consumo de tabaco en algunas regiones.
- Inequidad de género.
- Segregación racial.
“Las últimas décadas han visto una transferencia de recursos a la empresa privada, que ahora desempeña un papel cada vez mayor en la política y la regulación de la salud pública y en los resultados. El surgimiento de actores no estatales en la arena geopolítica, junto con un cambio en la gobernanza mundial, son fundamentales para comprender el desarrollo de los determinantes comerciales de la salud”, expone la OMS.
“La pandemia ha tenido impactos significativos en la economía mundial, las industrias, el empleo y los niveles de pobreza. La contribución de la Covid-19 a la desigualdad económica está emergiendo no solo a nivel individual o poblacional, sino también con respecto a las economías nacionales”, señalan desde la OMS.
En este sentido inciden en que “existen claras oportunidades para avanzar en los determinantes comerciales, particularmente en una mejor comprensión y abordaje de los conflictos de intereses, pero también en los posibles beneficios colaterales de la acción del sector privado para mejorar la salud, a nivel mundial, nacional y local”.
Los expertos de la OMS abogan por la necesidad de abordar de manera adecuada los determinantes sociales de la salud y los comerciales con el objetivo de mejorar no solo la salud, sino con la misión también de cerrar las brechas existentes en materia de equidad sanitaria global, “lo que requiere la acción de todos los sectores y de la sociedad civil”.