Desconfianza y complejidad, las grandes barreras para la IA en el complejo sector sanitario

La inteligencia artificial promete revolucionar la salud, sin embargo, no está exenta de una serie de problemas que pueden obstaculizar su eficacia y limitar su impacto positivo

Inteligencia artificial (Foto. Canva)
Inteligencia artificial (Foto. Canva)
Ander Azpiroz
14 febrero 2025 | 19:30 h

La inteligencia artificial ha demostrado en estos últimos años el gran salto cualitativo que puede ofrecer en el sector sanitario, y que, con el paso de los años, irá perfeccionando aun más. Sin embargo, esto no significa que todo lo que rodea a la IA sean beneficios, es decir, no está exenta de los problemas que pueden obstaculizar su eficacia y limitar su impacto positivo. Desde la desconfianza pública hasta los retos técnicos. Por ello, es crucial abordar estos desafíos con el fin de aprovechar al máximo todo su potencial. 

Precisamente, esta encrucijada ha sido uno de los temas sanitarios protagonistas de la Reunión Anual del Foro Económico 2025 (Davos), del que incluso han redactado el informe ‘El futuro de la salud habilitada por IA: liderando el camino’. Este análisis se detiene en algunas de las barreras más difíciles de la adopción de la IA al sector sanitario, como la complejidad que desalienta a los responsables de políticas, las decisiones técnicas y estratégicas desalineadas, y las regulaciones fragmentadas que reducen la confianza.

No todo lo que rodea a la IA son beneficios, no está exenta de los problemas que pueden obstaculizar su eficacia y limitar su impacto positivo

El informe apunta que las estructuras actuales de los sistemas sanitarios de alrededor del mundo suelen ser modelos tradicionales que no se adaptan fácilmente a las innovaciones impulsadas por la IA. Esto implica regulaciones que se demoran en el tiempo y modelos de incentivos que no tienen en cuenta a una tecnología como esta. Además, las soluciones basadas en IA requieren de una serie de validaciones a gran escala para demostrar realmente el impacto positivo que ofrecen a la salud pública. Todo ello provoca que se limite su adopción y aumente poco a poco el escepticismo hacia su uso. 

En el apartado humano, el informe presentado en Davos recoge justamente una tendencia creciente de desconfianza hacia la IA tanto por parte de los pacientes como por los propios profesionales sanitarios. En el primer caso, la falta de transparencia en los algoritmos utilizados y el temor a que una tecnología tome decisiones críticas en la atención médica genera preocupaciones evidentes sobre la seguridad y efectividad de la IA. En este sentido, la Organización Mundial de la Salud (OMS) explica que el “principio de autonomía requiere que el uso de IA u otros sistemas computacionales no socave la autonomía humana. En el contexto de la atención médica, esto significa que los humanos deben seguir teniendo el control de los sistemas y las decisiones médicas”. 

En el caso del entorno médico, la inercia a continuar con los métodos tradicionales, la resistencia al cambio puede ser significativa y obstaculizar la entrada de nuevas tecnologías. Según explican en el informe, una de las razones por las que el sector puede estar echándose hacia atrás en la utilización de herramientas basadas en la IA es su complejidad. 

Tanto en el informe como en la Reunión Anual del Foro Económico de este año, se ha resaltado la necesidad de un enfoque claro y convincente que conecte las iniciativas de IA con los objetivos sanitarios

A todas estas barreras que plantea la integración de IA en este ámbito se le une una de las más peligrosas, la ciberseguridad y privacidad de las grandes bases de datos que maneja esta tecnología. El sector sanitario se caracteriza por contar con datos muy sensibles que, a su vez, generan mucho interés para los ciberdelincuentes, prueba de ello, según gún datos de la Agencia de la UE para la Ciberseguridad (ENISA), el sector sanitario es el que más ataques recibe solo por detrás de las Administraciones Públicas. Más concretamente, suponen el 8% de todos los ciberataques, superando a otros sectores que de primeras parecen más llamativos, como la banca. 

Esta tendencia que parece ir en aumento demuestra que existen dos principales problemas que deberían ser tratados, la falta de profesionales cualificados en este ámbito y la escasez de actualizaciones que monitorizan la actividad de las estructuras tecnológicas del centro. Por ello, tanto en el informe como en la Reunión Anual del Foro Económico de este año, se ha resaltado la necesidad de un enfoque claro y convincente que conecte las iniciativas de IA con los objetivos sanitarios, ya que si no, los responsables políticos pueden optar por otras opciones más tradicionales y desencadenar una falta de inversión en investigación y desarrollo de la IA

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