En la fabricación de medicamentos, los trabajadores del sector sanitario están expuestos a una serie de riesgos de origen químico que tradicionalmente han sido identificados y clasificados como tales. Son, por ejemplo, los gases anestésicos, el óxido de etileno o fármacos citostáticos, entre otros. Al manejarlos, de hecho, deben tomarse una serie de precauciones como evitar su exposición directa. Existen varios estudios al respecto que ponen de manifiesto estos riesgos, la mayoría de ellos del Instituto Nacional de Seguridad e Higiene de Estados Unidos (NIOSH, en sus siglas en inglés).
En el caso de España, el Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo (INSHT), en colaboración con la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria (SEFH), ha llevado a cabo una recopilación de todos los medicamentos de uso en España considerados peligrosos en el que se recomiendan instrucciones para su preparación y administración correctas, considerándose de gran interés para todo el personal implicado en su manipulación.
Los centros sanitarios deben tener la garantía absoluta de que los envases de medicamentos peligrosos estén “limpios” externamente
El riesgo de exposición a un medicamento peligroso depende de múltiples factores y la protección del personal debe adaptarse a cada actividad, ya que las precauciones a tomar son diferentes en cada caso. Los expertos subrayan que el riesgo de cada medicamento no es absoluto y, por lo tanto, hay que tener en cuenta la clasificación de peligrosidad establecida en la regulación que especifica la legislación de la Unión Europea.
Los expertos destacan que los centros sanitarios deben tener la garantía absoluta de que los envases de medicamentos peligrosos estén “limpios” externamente. En caso contrario, debería procederse a su manipulación con guantes o lavado previo, ya que no sólo pueden dar lugar a contaminación directa, sino que también podrían generar contaminación indirecta a lo largo de su circuito de manipulación y almacenaje.
Asimismo, el personal sanitario y los cuidadores deben estar informados y formados sobre los riesgos asociados a la actividad que realiza y tomar las medidas necesarias para evitar cualquier riesgo para su salud. Los especialistas subrayan que siempre se debe aplicar la mayor protección e información tanto al personal manipulador como a los cuidadores pero, ante todo, se debe garantizar la atención al paciente y aplicar el juicio crítico profesional ante cualquier circunstancia concreta. De igual modo, debe informarse también a cuidadores y familiares sobre las precauciones a tener en cuenta en la manipulación de excretas de los pacientes tratados, ya que pueden contener restos de los medicamentos durante un cierto tiempo.